El Reino Moderno
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Siglo XXI, ¿Dominio del hombre? Preguntale a la noche y a los antiguos, veras que solo son alimento y un ligero inconveniente
 
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 Dibujando en el cielo un ocaso

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Khan
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MensajeTema: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:38 am

Los comercios cierran, solo quedan abiertas las tabernas y lugares de mala muerte, lentamente la gente desaparece de las calles, con enseres y propiedades bajo el brazo, se mueven rápido, eficientes, pareciera que no desean quedarse en las calles cuando se oculte el sol, así, no tarda mucho en quedar vacías las calles, todos dentro de diferentes lugares, las tabernas se llenan, las posadas tienen pocos huéspedes, el olor a comida de cada casa, las luces tintineantes que salen a iluminar las calles empedradas, lentamente, un hombre camina por el empedrado de la calle principal de aquella ciudad amurallada, sus negocios hacia tiempo están terminados, solamente mantiene sociedad con el dueño de una taberna, a cada paso el metal tintinea, una gruesa cadena cuelga a su cuello, la gabardina de piel le cubre por completo, algunas cadenas atadas a su pantalón para caer libres por los costados de su cuerpo, se arrastran, los que conocen aquel ruido de arrastre cierran las ventanas de sus casas, los viajeros, que son muchos, le miran curiosos, la sonrisa de aquel hombre pareciera burlona, aunque sus ojos parecen buscar algo mas

Donde me lleve la luna...había dicho una vez, cansada de vagar de pueblo en pueblo, conociendo todo tipo de gente..."depredadores" dicen de los vampiros, pero he conocido a los que se hacen llamar "caballeros"o "señores" para luego salir en la noche a violar mujeres o raptar niñas, para satisfacer sus miserias o morir en mis manos, así fue que lord Pierre Ginot encontró su muerte, esa noche había salido como tantas otras de burdeles, y ya a la madrugada salio empujando una joven, apenas una niña, llevándola por los callejones oscuros, manoseando su joven cuerpo para luego empujarla casi a mis pies, mire a ese maldito, y el me miro, quizás se sorprendió ver una mujer extravagantemente vestida, de sensuales formas y sobre todo además de bella le sonreía se atrevió a hablarme y aun recuerdo lo que me decía.

-La suerte me sonríe esta noche, dos hembras por una, acércate preciosa tengo algo que mostrarte...-

Sonriendo me acerque, permitiendo que su mano acariciara mi cintura, el perfume de mi piel comenzó a nublar sus sentidos y el de la mujer, a la cual mire fríamente y tan solo le dije.

-Vete...antes de que me arrepienta.-

El hombre intentaba tocarme, yo espere que la mujer se fuera, tropezando sin saber casi lo que el había sucedido, luego mire al hombre y le sonreí seductora, mis labios se ofrecieron para ser besados mientras mis ojos brillaron con malicia, el hombre cerro los ojos para disfrutar de su beso y la vampiro desvió el rumbo de su boca destrozando la yugular de una mordida.

Recuerdo que bebí de el, hasta que su cuerpo pareció una marioneta de papel en mis brazos, lo deje acostado en el suelo y retrayendo mi brazo hacia atrás mi mano entro como cuchillo y arranco su corazón, esa noche pude sentir a la guardia correr por las calles gritando que alguien había asesinado al gran lord y el motivo del asesinato había sido el robo, no pude menos que volver a sonreír al recordarlo, ahora camino otra vez, por las calles de una nueva ciudad, con nuevos olores, diferentes voces, el alcohol, la miseria humana, el sexo barato, mientras las casas de familia se amurallan tras los grandes postigotes así llegue, a este lugar, buscando siempre buscando

El sonido de aquellas cadenas arrastrando se detuvo, ahí, en el centro de aquella calle principal, el hombre veía el cielo, el cielo estrellado le gustaba, era una de las pocas cosas a las que aun mantenía una humana afición, a su nariz llega un peculiar olor, no el de una seductora mujer, o el de un borracho de taberna, el de su propia sangre, algo que no esperaba encontrar aquí ni en ningún otro lado, daba por hecho que aquello no sucedería, que una mujer sola no lograría sobrevivir, pero se equivocaba, cerro los ojos disfrutando de aquel aroma, de el aroma femenino de su propia sangre, sus labios recibieron su muñeca, de la cual salio una pequeña gota de sangre que callo sobre las piedras, pareciera que ese pequeño goteo se podría escuchar por toda la ciudad, pero solo pocos lo oirían, aunque el olor, se esparció por el lugar con fuerza, chocando contra el rostro de Sophie como una ola, aquel olor para ella seria familiar, tal vez le produzca odio, no es posible saberlo, solo sabría con certeza que le llamaría la atención.

Observo las luces mortecinas del lugar, me ayudan a pasar desapercibida, mi caminar es lento, como si estuviese estudiando ese lugar, aprendiendo cada calle, cada casa, cada olor,.olor...
Me detengo de golpe, sosteniéndome de una pared, un olor conocido llega a mi, conocido? o quizás son ideas mías...sin embargo el olor penetra en mi, se hace mío, le reconozco como propio, es el olor de mi sangre,.es el llamado de la sangre ,un sentimiento extraño me inunda mezcla de furia y siglos de soledad, todas las muertes que no debieron serlo pesan ahora sobre mi, todo por el, a que vino? Me quedo inmóvil sintiendo el llamado sin decidir, si debo ir o huir como lo hizo el.

El hombre esta inmóvil, busca a aquella mujer, pero si ella esta ahí, en sus tierras, que ella le busque a el, nunca pensó que sobreviviría, nunca lo creyó, pero estaba ahí, esa escena se le hacia divertida, tal vez habría una pequeña batalla, no le interesaba, solo quería ver como estaba ella, le recordaba bella, ahora un poco de sangre inmortal le a de haber puesto un poco mas, como decirlo, seductora y deseable, se relamió los labios divertido de solo pensarlo, se peino un poco los cabellos hacia atrás, relamiendo la mano, cual galán ante su primera cita, la herida en su antebrazo había cicatrizado sin dejar marca, aun así, mantenía ese porte de gracioso caballero embutido en aquellas estrafalarias vestimentas.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:41 am


La curiosidad, mi curiosidad, no puedo evitarlo comienzo a buscar a aquel que la llamo, calles, callejones plazas y tabernas, o tierra o piedra el suelo es rastreado por la vampiro cazador, su rostro se ha endurecido, quizás por los recuerdos, los recuerdos, de aquel que su vida arrebato una noche de agosto, todavía parece verlo ante si, altísimo, de larguisima cabellera negra, sus ojos, todavía están en su mente, aun después de siglos, su rostro muy cerca del suyo parecía que la besaría sin embargo la mato para que renaciera...a esta no vida de sangre muerte y violencia, donde esta el amor que nunca conoció? Ahora tengo sangre en mis manos, nada puedo ofrecer.

Me detengo, una gota marchita en el suelo y con olor a sangre fresca, mis dedos la tocan, mi boca la prueba cierro los ojos saboreando lo que ya he reconocido, es "el ."

Es divertido, le mira a unos pocos pasos de el, se relame de nuevo los labios en aquel divertido gesto, en cuanto la chica apareció, no tardo en recorrer su fisonomía con poco recato, con algo de lasciva, es de las pocas cosas que ha hecho que le regalen tan bellos resultados, así, simplemente encogió un hombro, recuerda cuando el conoció a su sire, casi le mata de la rabia, pero por neonato tenia la desventaja y quedo tirado en el suelo sin volver a saber de el, así lentamente, dio un paso a ella, repitiendo las mismas palabras de aquella noche de agosto.

- Bella, muy bella.-

Ahí, quedo de nuevo inmóvil, solo dos pasos separan sus cuerpos, los ojos inquisidores del cainita no dejan detalle sin escrutar, fijos en ella, en todo momento, una pequeña brisa recorre la calle, como típico estereotipo de película de terror, levantando así los bajos de la gabardina, el cabello de ambos se mueve, con el viento jugueteando entre ellos, las gasas que cubren el cuerpo de la chica también ondearían suavemente, jugueteando en el tiempo de aquella lentitud cómica que revela aquel encuentro tan inesperado para ambos.

Todavía estaba agachada sobre esa pequeña mancha de sangre, aun estaba saboreándola un escalofrió me recorrió la espina, la rabia creciente, las dudas, los porque y esas palabras que el dijo momentos antes de arrebatarle su vida, volví a recordar los cientos de años escapando al destino, buscándolo en soledad, maldiciendo su existencia y preguntando a la nada, porque?
Así en esa rabia acumulada en el tiempo, solo llevada por el impulso inconsciente que caracteriza su sangre me levanto girándose en busca del que regreso, un grito de furia congelo la noche, pareció detenerse el tiempo al verlo y lo único que pensé fue en destrozar la garganta del maldito, mis uñas como garras los colmillos manifiestos solo atine a lanzarme sobre el vampiro en la vana intención de matarle, vana intención.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:41 am


Una risa se oyó en la voz del joven, que sin moverse siquiera solo introdujo en Sophie una sensación de calma, una calma tan espontánea que llevaría a la mano a detenerse por si misma, los ojos del cainita se mantienen en ella, con aquella sonrisa galante, aquella mirada de casanova, el porte de utópico caballero embutido en piel y hierro, ladeo un poco el rostro, chasqueando la lengua sin moverse un ápice.

- Eso no seria nada cortés .-

Dice arrastrando un poco las palabras en aquella voz grave y gruesa, que recordaría la de aquel que habla poco y ordena cuando habré la boca.

Mi rostro se empapa de líneas rojizas que descienden de mis ojos, no puedo entender que fue lo que hizo que de pronto de la furia pasara a esa extraña y melancólica calma, mirando el rostro de aquel que tanto daño me había causado, con tanta serenidad...

-Me condenaste, y te fuiste...porque ?!, he vagado por el mundo, matando y buscando el maldito que me hizo esto, y ahora que estoy frente a el, no puedo matarlo, los sentimientos se confunden en mi...-Digo bajando un poco la mirada, con la vista perdida, con el rostro bañado en aquellas gotas carmesí que dejaron su surco en mi rostro.-Anda...hazme un favor, y termina conmigo, mátame tu entonces de una vez...que esperas?-

-Si quisiera hacer eso lo hubiera hecho aquel día.-

Dice con cierta indiferencia, posándose a su lado, le tiende el brazo para que ella lo tome, aun con aquel porte galante.

-Me concedéis el honor de acompañarme en un paseo bella dama?

Su voz suena en aquel tono grave pero seductor que se ha vuelto su voz, esperando la reacción de la chica, mirándole así, de lado, no pierde ningún detalle de ella.

Lo miro con frialdad, mis brazos se cruzan por detrás, tomándose de los codos no acepto tomar su brazo camino a su lado aceptando acompañarlo tan solo con la idea de que me diría quien es y porque me condeno a tanta soledad, seductor, conmigo seductor, justo conmigo cuyo único deseo es encontrarlo para matarlo y ahora, me encuentra caminando a su lado de paseo.

-Porque!- es mi pregunta eterna.

Deja caer el brazo, tomando las manos a la espalda, recordando a cierto personaje, mas aun así avanza por la calle principal, sin rumbo fijo, ni mucho menos un destino apropiado, simplemente habla lentamente.

-A los brujah nunca se les da un maestro, sobreviven... a mi casi me mato el mió, por suerte no lo volví a ver.-

Dice con indiferencia, manteniendo aquel porte de caballero, aunque el tintineo del metal se oye mas a cada paso sin rumbo que da, una pequeña brisa se cuela entre sus cabellos, levantándolos un poco en las largas puntas.

Me detengo, me enfrento a el, mi mirada se fija en sus rostro, somos tan diferentes y tan iguales a la vez como muchos dirían es la marca del sire, su sello lleva su sangre, vuelve la misma pregunta una y otra vez, porque ella.

-Por qué me convertiste?...por que no me dejaste morir ese mismo día?-

Recordó la sensación al despertar, los dolores atroces del renacer, la sed bestial, el deseo de matar y estaba sola, en medio de esa pesadilla, y ahora resulta que son cuestiones de clanes.

-Siempre se convierte a mas de uno para asegurar la supervivencia, la verdad, no esperaba que lo hicieras, fuerte y bella, me gusta-

El cainita se detiene lentamente, girando su vista a ella, mirándole a los ojos sin ningún pesar en su mirar, una sonrisa dulce y caballerosa, sus ojos firmes en los de ella, aquel porte de caballero aun, mirándole, sin decir mas, esperando la siguiente pregunta que seguro será formulada pronto.

Muevo la cabeza negando, no le alcanzan los motivos, nunca serán los suficientes...

-Maldito, por tu culpa mate a mi madre...-

Baja la mirada, una gota roja rueda por su mejilla, ante el recuerdo de ese día...lo miro y vuelvo a preguntar...

-Por que me dejaste allí?, por que nunca en siglos volví a saber de ti ?...cuestión de clanes?...que te hizo pensar que no podría sobrevivir? o era eso lo que tu querías...que no sobreviviera?-
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:42 am

El cainita levanta lentamente la mano, con la intención de limpiar la lágrima carmesí de aquel rostro, claro si ella lo permitía, lentamente encoje un hombro.

-Solo fue un siglo, no seas fatalista.-

Dice aun con esa acento educado que le dirige, sonriéndole lentamente.

-Para mi no eres mas que otro vástago, mas competencia y mas huellas que cubrir si te cuido, así aprendes eso por ti misma, ya no necesitas que te cuide y a mi me quitas un peso.-

Habla con tranquilidad, quitando la lagrima de aquel rostro, lamiéndola con suavidad, sin poder retirar el rastro seco que dejaron las primeras lagrimas atrás.

-El plan era que sobrevivieras, lo has hecho, a la manera difícil, supongo que es mas fácil matar a diez antes de que se despierten, pero es una manera de hacer las cosas.-

Al decir esto parece evocar un recuerdo divertido ya que sonríe mirando hacia arriba antes de volver a verle a ella.

-Ahora si te piensas ir o me piensas atacar, hazlo ya. -

Dice al tiempo que aquella calma desaparece de Sophie, regresándola a su estado anterior, el se mantiene en aquella postura, sin moverse solo un poco, con las manos tomadas a la espalda.

No me muevo, dejando que quite la lagrima de mi rostro, sintiendo la calidez y la suavidad de su contacto, mientras aun le escucho repito con el cada palabra mordiéndola para no olvidarla.

-Fatalista ... no soy mas que otro vástago, ya no necesito que me cuides y por no tener que hacerlo te quito un peso a pesar de tu abandono, sobreviví, ahora que te encontré, quiero matarte...-

Levanto mis ojos hacia el, se inyectan de sangre, la furia acumulada esta en ellos, por un momento solo deseo descargar en el toda mi ira , intentando lo que se que es imposible pero quizás el sabrá lo que hoy me inspira.

Otra vez, me manifiesto bestial, colmillos y uñas intentando buscar, la garganta del que se negó a ser su sire.

-Respuesta equivocada.-

Dice aun con aquel tono complaciente a la chica, mirándole a los ojos, se aparta un poco antes de que las garras arañen del todo su garganta, dejando algunas gotas resbalar por su piel ante la pequeña incisión, pareciera divertido, mirando la furia de la chica, le recuerda a el mismo cuando conoció a su sire, mas aquel vejete casi lo mata, el no piensa tocar a la chica.

Su rapidez, mi impulsividad llevada por la ira, todo conspira para que el daño hacia el sea menor, tomo una de las dagas serpiente y la daga mas mis colmillos se disponen a buscar el hombro del vampiro, la daga para clavarla y engancharla con su doble filo y de esa forma acercarme lo suficiente buscando su cuello, mi falta de estrategia dominada por el rencor provocara probablemente que otra vez, cometa un error.

-Quiero que mueras!-

El cainita le mira divertido, aquella daga vuela por los aires para clavarse en el, un pequeño movimiento para apartarse de ella, las unas irían a cortar la piel del cainita, mas solo logran cortar un poco la gabardina por el hombro izquierdo, divertido da un paso atrás, su hombro derecho tiene enredada una cadena, que lentamente va deshaciendo, dejándola caer a un lado, tomada en su puno izquierdo, dando una vuelta por el, antes de hacer sonar un chasquido en el empedrado, como cruel advertencia, su rostro aun parece mantener la calma, solo por unos segundos.

Me detengo al sentir el sonido de la cadena en el suelo, lo miro como animal acorralado, no puedo casi controlar la furia y las ganas de volver a saltar sobre el.

-Porque no lo haces?, que te detiene ahora?, destrozaste mi vida ya una vez, porque no me demuestras que sigues siendo el mismo maldito ?-

Estoy cansada, el hambre comienza a debilitarme, pero me mantengo firme frente a el, desafiante, perdiendo el tiempo de cazar y sobrevivir por intentar cumplir el sueño de matar al que la convirtió en una hija de la noche

-Por el simple hecho de que no eres la patética humana de antes .-

Su voz no parece cambiar, aun mantiene ese dejo de elegancia, al terminar la frase encoje levemente un hombro, mirándole, con un suave movimiento coloca la cadena sobre el hombro, aun tomándola entre su puno, un porte divertido de despreocupación al introducir su mano en el bolsillo de la gabardina

-Por algo has sobrevivido...-
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:43 am


Lo enfrento con fiereza mis ojos se inyectan de sangre por un momento, cuando le contesto.

-Patética o no era mi vida! y dime ahora que es lo que tengo?-

Ya no puedo permanecer con el, no podría luchar, debo alimentarme, así que me doy vuelta despacio y me dispongo a cazar o al menos esperaba tener la fuerza suficiente como para hacerlo casi dos días era demasiado, no puedo saber si lo volveré a ver, no puedo saber si algo mas quedo para decir, quizás el encuentro termino allí, cuando vuelvo a tomar conciencia de lo que soy, y lo que necesito para sobrevivir, me pregunto que es lo que hará...atacar por la espalda habiendo podido enfrentarla? No creo la dejara partir así nomás siendo una de las suyas? Reclamara sus derechos como sire? Demasiado tarde, no responderé a ningún sire.

En la mueca de aquel fingido caballero se muestran los colmillos en macabra sonrisa, el látigo de metal resuena de nuevo en la noche, para ir a enroscarse en las piernas de la chica, un movimiento que seria difícil de evadir para ella, las cuencas oculares son totalmente negras, una curiosa sensación embarga el lugar, aquello era un misterio, ya que pone en alerta los sentidos, un estado de vigilia potenciado, haría mas rápidos y finos los reflejos de la mujer, pero esta sentiría aquella sensación después de que la improvisada arma se acomodara en sus tobillos.

-Es de mala educación dar la espalda a un mayor.-

Su voz suena algo cínica más divertida, mirando a la chica de espaldas, todo sucede al unísono, el ataque, las palabras... lo que tarda en aparecer es la sensación que amenaza a Sophie.

No pude evitar caerme por el látigo del brujah, me revuelvo furiosa como animal cazado mis colmillos manifiestos y mis ojos ya inyectados de sangre, me giro para mirarlo, mientras mis manos intentan quitar el metal de mis tobillos

-Ah si?...avísame cuando veas alguno...- Digo aun revolviéndome como animal atrapado, tratando de soltar la cadena que se aprieta con fuerza a mis tobillos.-Porque me detienes?, acaso ahora que me voy deseas jugar?-

El hambre me provoca debilidad, no tengo fuerza para luchar contra el, y sigo perdiendo tiempo de caza, mis brazos tiemblan en un mal intento de sostener mi cuerpo semierguido en el suelo deseo dormir, bueno seria no depender de la sangre para sobrevivir y no sentir que soy como una vela que se apaga.

-Suéltame...no sabes lo que estas haciendo?...debo buscar...-

Si matarme no quiere, debe entender que si me retiene es lo que esta haciendo, luego de dos días de caminata sin beber mas sangre que la de pequeños animales.

El cainita sonríe suavemente, tirando de la cadena para dejar a la mujer a sus pies, acuclillándose lentamente, su mano se tiende, sin amenaza alguna para acariciar el rostro femenino, con una suave sonrisa en sus labios, la cadena pareciera desenroscarse de las piernas con un ligero movimiento de muñeca, sus ojos están en los de ella.

-Se lo que estoy haciendo, se que llevas días sin comer, pero ahora estas en mi territorio....-

Dice aun intentando acariciar el rostro femenino con el pulgar al colocar la mejilla en su palma.

- Eso puede ser bueno para ti... o malo... depende si quieres comer o no...

Habla con suavidad de nuevo, aquellas sensaciones desaparecen de pronto, solo dejando la amabilidad emanada del vampiro.

Permanezco quieta cuando se acerca, permanezco quieta cuando se acuclilla a mi lado, en silencio observo como su mano acaricia mi rostro, lo permito y aun no entiendo porque, su territorio era lo que me faltaba, toparme con el que debería haber sido mi sire, y encima es un vampiro territorial.

-Que es lo que quieres?, que salga de tu territorio? me encantaría desaparecer de aquí pero no puedo...-

Mis ojos se fijan en el esta tan cerca, me gustaría saber quien es, quien ha sido , que tan parecidos somos, mas allá del odio, siento curiosidad.

-De querer que te fueras no estarías tirada en el suelo...-

Dice encogiendo los hombros con suavidad, le mira divertido, la cadena se ata de nuevo al tórax cruzando el pecho, tiende una mano suavemente para ayudarle a levantarse después que el toma pie en el empedrado, no le ha dejado heridas como ella lo hizo con el, al recordarlo, y después de levantarla ayudando cuando ella toma la mano, miraría el hombro, sacudiendo un poco la piel desecha por la daga.

- Anda, que no tengo mucho tiempo, hay que hacer negocios.-
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:43 am


Tomo su mano, permito que me ayude, cuando ya estoy a su lado lo miro de reojo, no se que pretende ni cuales son sus negocios, solo se que ya no podré cazar...lo peor es que siendo un vampiro territorial quizás ni siquiera cazar aquí me dejara..

-Cuales son tus negocios?, no quiero caminar ...no puedo caminar...-

Igual como movida por quien sabe que fuerza me coloco a su lado dispuesta a seguirlo, en silencio, mirando la herida del vampiro, ya no sabe si desea matarlo o quizás es que no tiene ni siquiera fuerzas para pensarlo?

El vástago le miro, tendió su brazo de nuevo a ella para que lo tomara, para después mirar al frente, de ella no tomarlo, aun lo dejaría en esa posición por si decidiera hacerlo, avanzaría lentamente por la calle empedrada, donde la taberna mas ruidosa se detendría, el cartel de madera colgante reza "Vitae" un nombre curioso y apropiado para aquel lugar, dentro había viajeros, de todos los lugares y razas, se podrían oír hasta afuera los gritos y risas, algún cántico también, Khan miro a Sophie deteniéndose a la entrada de la taberna, mirándole a los ojos, aun con ese toque de caballero, dejando caer la mano de su brazo que ella ha tomado.

-Khan, encantado - Dice tendiendo la mano hacia ella para un ligero y firme agarre, claro, si esta la toma.

El viento continua meciéndose suavemente, jugando con las ropas y cabellos de ambos, camino a su lado intentando no caer, mis manos las coloco a los lados, tomando el brazo del vampiro, solo un suave toque de cortesía, mientras camino negándome a pensar otra cosa que no sea el porque no intente darle muerte, aun estoy fastidiada como es que acepto su compañía si lo que mas deseo es matarlo? Al llegar a la taberna me resisto a entrar, me paro en la entrada con terquedad lo miro seria, cuando me ofrece su mano y se presenta ,muevo la cabeza impaciente no lo puedo creer, luego de un momento que pareció eterno, de silencios e indecisiones, le doy mi mano y le susurro al hacerlo solo mi nombre.

-Sophie...-

El cainita le mira divertido, soltando suavemente la mano de la mujer para abrir la puerta de la taberna y dejarla entrar, con un elegante movimiento, no le importa mucho el estado de la chica, aunque una broma sale de sus labios.

-Espero no tener que llevarte a cuestas hasta el apartado.-

Dice con una suave sonrisa, mirando el interior, donde al verle el tabernero se apresura a abrir la puerta que esta justamente enfrente, a un lado de la barra, cruzando el local.

Entro desconfiada tratando de pasar por delante de el sin rozarle siquiera, su broma con respecto a mi condición ya de por si me es bastante enojosa, pero ya estoy dentro, ahora solo debo seguirle, me gustaría saber que diablos hago en una taberna de mala muerte acompañada por un vampiro al que deseo matar, Khan sensual, seductor, utiliza bien su presencia para marcar y dominar su territorio, cree que podrá hacerlo también conmigo?

Rápidamente el tabernero abre una puerta a un lado de la barra luego de haberme hecho atravesar todo el local, la barra, me apoyo en ella, como si fuese un salvavidas, mientras todo a mi alrededor empieza a girar, cierro los ojos un momento, no le daré el gusto de que me vea caer...vuelvo a erguirme mirándolo interrogante, esperando saber que es lo que se propone, mientras sigo perdiendo tiempo de caza.

-Anda avanza, la presa esta ahí dentro.-

Dice apremiándole, sin lastima ni burla en su voz, se queda junto a ella, por si cae, no le interesa verla en tan mal estado, pero o se apresura o entrara en letargo y no piensa darle su sangre dos veces... no aun.

El tabernero mira la condición de la chica, el simple humano no les teme, pone una jarra de un extraño liquido carmesí junto a Sophie por si acaso quiere tomarla, la mirada desaprobadora que Khan le dedica no le intimida, aquel liquido emana el liquido familiar de la sangre, el tabernero, sin prisa ya, simplemente va a encender las velas y el hogar de aquel apartado, saliendo sonriente, mira a sus parroquianos, que como siempre, no prestan mayor atención a aquellos dos recién llegados, aunque si se fijan en las atenciones que se les brindan, el hombrecillo mira a Khan divertido.

- Ya esta todo listo amigo.-

En medio de ese código de silencios y miradas entre el tabernero y el vampiro una copa de...sangre?... es colocada frente a mi, trato de no acercarme mucho a ella, jamás me paso, que se me ofreciera una jarra de sangre como quien pide cerveza, desconfió, del vampiro, del tabernero de todos, la luz parece titilar, me aferro otra vez a la barra mientras permanezco junto a Khan sin saber porque esta allí aun, lo que si sabe es que no caerá ante el, la gente los ignora, quizás su imagen sea tan patética como se siente a si misma no le temerían ni los perros...
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:43 am


El vástago niega con la cabeza mirando a la mujer que tiene de lado, mirando al frente por un momento lleva sus manos con un ademán de tomarla en brazos, si tarda mas, probablemente caiga en ese mismo suelo que están pisando

- Te piensas tardar demasiado?-

Dice mirándole a los ojos, con evidente fastidio en su rostro amable, los hombres comienzan a fijarse en ellos, saben quien es Khan y si la mujer esta débil a su lado, puede ser una presa para cualquier mercenario, cosa que no falta en una taberna de paso.

Lo miro furiosa esta vez.

-Estoy esperando por ti, que es lo que dices?-

Me vuelvo hacia Khan, mirándolo a los ojos, con la firmeza y la convicción de que no caeré , pero cada vez menos fuerza es la que me mantiene de pie, hasta que ya no pude mas, y me aferre de el.

-Que eres una tonta, esta el camino marcado, solo tienes que seguirlo.-

Dice con vos grave para tomarla ya sin permiso alguno entre brazos y llevarla al apartado que cierra tras de si, es una habitación no muy grande con tres divanes entorno a una mesa circular con las viandas, y el hogar ocupando el lugar de un cuarto diván, la decoración es exótica, venida de todos los rincones de aquel mundo, miro con desaprobación a Sophie, llenando una copa con el vitae, tras recostar a la muchacha en un diván y llevarlo a sus labios, pegándolo a el, con cierta delicadeza

- débil y tozuda, tenias que ser una brujah.-

Dice entre divertido e irónico, esperando que ella beba, posando una mano tras su nuca para facilitarle la tarea.

Siento alivio cuando me levanta y me saca de allí, un lugar cómodo y mullido me recibe, mis ojos recorren despacio cada rincón de esa habitación para luego posarse en los ojos de Khan que ya posa en mis labios una copa de vitae, y mientras le escucho no dejo de observarlo todo.

-débil y tozuda, soy un brujah soy tu creación....-

Estiro un poco la cabeza hacia atrás para permitir que el suave vitae se deslice por mi garganta con mayor facilidad mientras siento que poco a poco comienzo a sentirme mejor.

-Una diría yo, muy bella por cierto.-

Dice recalcando el primer monosílabo, divertido aun, llena de nuevo la copa al vaciarla por primera vez, solo que ahora la deja sobre la mesa antes de tomar asiento frente a ella, con una copa entre sus dedos que acaba de ser servida, mantiene aun el porte de caballero, aunque su mirar no se aparta de Sophie

- tozuda aun cuando eres débil... y por lo visto despistada, pudiste haber bebido lo que Mohamed te ofrecía, los vampiros no mueren por venenos ni enfermedades si me permites recordártelo.-

Con gesto galante olisquea el contenido de la copa como si de un buen vino se tratara, para después beber un pequeño sorbo de ella

Lo escucho en silencio mientras lo observo, su serenidad es pasmosa casi ofensiva, propia de aquel que transita demasiado seguro de si mismo.

-Que pena que todo este tiempo no estuviste allí para recordármelo cuando debía huir de cada lugar, perseguida por mis victimarios no estuviste allí, cuando debí enfrentarlos sola.- Digo como reproche aunque no me lo crea del todo.- Quizás mi tozudez...es lo que te permite hoy, estar junto a mi otra vez...-

Lo observo beber, una pequeña gota roja se resiste a desaparecer de sus labios, inconscientemente me siento acercándome a el, permanezco observando su boca, pero no me muevo, solo esa gota en sus labios me movilizan a desear ...quitarla

El vástago capta esa mirada fija en sus labios, sin pensarlo relame la gota que siente en sus labios en forma seductora, sin apartar su vista de ella, al terminar el gesto pareciera sonreír de medio lado

-Tu tozudez por liquidarme?-

Pregunta divertido, jugando con la copa entre sus dedos, sin apartar sus ojos negros de ella, el metal que lleva parece no dejar su tintineo nunca, cada movimiento va acompañado de el, el calor es perceptible, aunque si fueran humanos lo disfrutarían, no es así.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:44 am


- Aun así, no pareces muy incomoda ya que te tranquilizaste.-

Cuando Khan quita la gota de sangre de sus labios, reacciono que me había quedado fascinada mirando, muevo la cabeza y le contesto.

-Eso no seria tozudez, por matarte luche por sobrevivir, que paradoja no?, llegar aquí para morir en manos de mi sire...-

Me estiro como felino en el diván, mi cuerpo volvió a recuperar vitalidad, mis ojos brillan, y mis labios recuperan su humedad, me sonrió antes de contestarle sobre que me hallaba cómoda

-Todo es cuestión de circunstancias, buenas o malas...esta por ahora ha sido buena...-

-No pensaba matarte, pero si lo deseas solo pídelo.-

Dice encogiéndose de hombros, mirándole estirarse en el diván, una punzada de impulso le toca, así, que divertido, se levanta suavemente sin mala intención solo para inclinarse hacia adelante y que sea menor la distancia que los separa, de ella no moverse, dejara caer un poco del vitae en su pecho, para que este lo recorra por entre los senos, dejando tras de si la marca carmesí.

-Lo siento, no era mi intención.-

Dice divertido, es visible que lo hizo con toda la intención del mundo antes de acomodarse de nuevo sobre su propio diván mirando el recorrido del liquido sobre el cuerpo femenino.

- Espero que no te moleste mi "gran" error.-

Dice irónico aunque el dejo de conquista no se borra de sus labios.

Aun estirada en el diván , observo como por un torpe movimiento al acercarse Khan , derrama vitae en mi pecho, y el recorrido comienza hacia mis senos, fijo mis ojos en el, mas no le digo que su jugada fue descubierta, mas que evidente es que lo hizo concientemente, me apoyo en un antebrazo mientras...observo la línea de sangre, y abro un poco la delantera de mi corsé,... sin dejar de fijar mis ojos en el...mi dedo pasa por el sendero que dejo la sangre para luego con sensualidad, colocarlo en mi boca chupándolo.

-No es molestia alguna...solo fue una torpeza suya...-

El vástago sonríe de medio lado ante el gesto de la mujer, tomando un pañuelo que es buscado en la parte interior de la gabardina, sacudiéndolo un poco para extenderlo, deja su copa en la mesa, para inclinarse de nuevo un poco hacia ella.

- Me permitís?-

Sin esperar respuesta alguna, posa la punta de sus dedos cubiertos por el pañuelo, donde cayo le vitae, para mirando los ojos de Sophie, bajarlo lentamente hasta donde la prudencia lo indica, deteniéndose unos segundos, preguntándose si le dejaran continuar.

El juego de la seducción de los vampiros había comenzado, otra vez, Khan acercándose, esta vez con un pañuelo para ayudarme a limpiar, lo que derramo sobre mi, el pañuelo inicia el sendero entre mis pechos, bajo mi mirada atenta hasta que llego al cordón del corsé que le impide continuar, nuestros ojos se cruzan por un momento, y sonrió apenas cómplice del juego para entonces desatar, un poco mas aquello que para el vampiro es un impedimento.

Seria algo impropio de algún caballero dejar el desastre como esta, así que los ojos sonríen junto con los labios cuando el corsé abre un poco mas de paso, solo lo suficiente para introducir los dedos entre los senos para limpiara la piel que ha sido manchada de carmesí, cuando cree que el trabajo esta finalizado, sin sacar el pañuelo de su escondite, lo hace bola en su puno, para que sean sus dedos índice y medio los que recorran la piel de regreso hasta su cuello.

- Lo lamento.-

Dice en tono pícaro, mirándole aun al rostro en todo momento, con aquel porte de irónico y seductor caballero.

Cuando sus dedos ascienden hacia mi cuello los tomo en mi mano, mis ojos fijos en los de el profundos y seductores, entonces le hablo entre susurros mientras no dejo de sonreírle.

-Que no vuelva a ocurrir...tal accidente otra vez...-

Y al decir esto suelto la mano para que siga el recorrido con sus dedos hacia su destino.

-Puede que vuelva a ocurrir.-

Dice aun con los ojos en los de ella, cuando sus dedos se ven libres nuevamente, suben por el mentón para repasar los labios con suavidad, relamiéndose los suyos propios antes de tomar asiento de nuevo, acomodándose en el diván, sentado con una pierna sobre la otra con un hueco entre ellas, con la copa nuevamente en mano, olisquea un poco el pañuelo húmedo entre sus dedos antes de guardarlo de nuevo entre sus ropas.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:44 am


Sonrió, y vuelvo a preguntarme que diablos estoy haciendo, seduciendo y dejándome seducir, indudablemente, esto va contra mis propósitos de darle muerte pero es igualmente disfrutadle, ahora que estoy bien, me levanto para recorrer el lugar, extraños olores, miles de esencias se concentran allí no quiero pensar quienes habrán sido, quizás es el lugar donde Khan, trae a sus victimas o mejor dicho donde Khan se alimenta, la idea me fastidia, un brujah seductor, pero acaso ella no es así? seduciendo para matar?, maldito, este es tu legado y ahora tu y yo en nuestras propias armas estamos enredados, me acerco por detrás de el, puede sentir mi cercanía sin tocarle, el aroma de mi piel comienza a inundar el lugar, cubriendo todo otro olor, incluso el de la vitae, lo miro detenidamente, antes de acercarme por detrás hacia su cuello, el podría pensar que iría a morderlo, pero no es lo que intento.

El embriagante olor inunda el lugar, pero perder el sentido no es lo que planea, así, simplemente anula su respiración, la ventaja de estar muerto es que no necesita del oxigeno por lo tanto puede prescindir de el, así, sencillamente, deja de respirar, dejando que el aroma se pierda en inundar la habitación, siente a Sophie detrás, no parece que le vaya a morder, mas no se piensa arriesgar mucho, así que hecha un poco la cabeza hacia atrás, dejando los labios de ella delante de su cuello, así en ese sutil movimiento, ella se tendría que mover mas para lograr su objetivo, lo cual le haría tardarse un poco mas en moverse, lo suficiente para que el se aparte.

Mantiene su mirar al frente, divertido, con la copa entre los labios, a la cual le da un suave sorbo antes de bajarla de nuevo

Me detengo, antes de llegar a su cuello, el vampiro esta alerta a mis movimientos, sonrió y me endereza, solo quería sentir su piel de cerca continuo mi recorrido por la habitación, las puertas cerradas me llaman la atención, provocan mi curiosidad, no me gustan, me vuelvo hacia Khan y le pregunto

-...y bien?, ahora que sire Khan?...-

No puedo evitar cierto sarcasmo al decirlo, a pesar que me siento envuelta en la seducción del vampiro no olvido quien es, no olvido que fue ni lo que hizo.

EL vampiro enarca una ceja para mirar a la mujer cuando esta hablo, bebiendo un largo trago que termina con el vitae que esta en la copa.

-Sire?... -

Dice divertido mirando después el hogar, el fuego crepita entre las llamas, como si llamara a alguien, los ojos de el vuelven a los de ella, incitándola a sentarse nuevamente.

-Que te trajo a las grandes estepas?-

Me siento a su lado trepada al posabrazo del diván cruzo una pierna dejando que las gasas caigan a un lado mostrándolas, largas y estilizadas de una notoria suavidad, arreglo mi cabello dejándolo todo hacia un lado descubriendo mi rostro, sensual y expresivo, me rió...

-Si...sire...pero claro, tú no sabes lo que es, porque olvidaron enseñártelo, y jamás imagine encontrarte...tenia esperanza de que hubieras muerto... de manera dolorosa...-Lo miro ahora con atención para contestarle porque vine a su territorio.

-No pertenezco a ningún lugar, recorro ciudades buscando y tomando lo que necesito para vivir, a veces involucrándome con alguna causa, pero permaneciendo el tiempo justo antes de que comiencen a perseguirme, o me busquen para matarme,... soy un vampiro nómada, solitario y ...asesino...-Digo con un tono seductor en todo momento, balanceando suavemente la piel de la pierna, moviendo con ella mis caderas suavemente con los ojos fijos en el en todo momento.-Acabo de escapar de una ciudad, y he llegado a este lugar, pero veo que hay un vampiro territorial...eso es inesperado...-

-Lo mismo de siempre, eres una mas.-

Dice el hombre encogiéndose de hombros sin prestar la mayor atención a la postura de Sophie, mirando un cuadro con un ocaso pintado entre oleos que esta sobre el hogar.

- Y de donde te sacaron ahora?.-

Habla divertido y suavemente, eso era lo que le interesaba, no la sarta de cosas que le acaban de decir, pero claro, hizo mal la pregunta, que podía esperar.

Una sensación de odio y furia mezcladas le provoca la soberbia del vampiro lo miro con frialdad y por un momento ya no pensaba contestarle pero luego le dice.

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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:48 am

- Syael-

El vástago rió suavemente por el tono cortante de la respuesta, mirando a la mujer, era curioso como pasa de ser un segundo plano a tener ahora toda la atención de aquel cainita, fijándose en la postura de la chica, en la caída del cabello, incluso en como mueve los labios en cada gesto y segundo, la mano se levanta, lenta y cautelosa, para intentar acariciar el rostro de la mujer...

-Espero no tengas que huir de nuevo...-

Dice suavemente, con aquel arrullo galante que se volvió su voz, dejando el tono seco y engreído de antes.

Lo miro fijamente sin entender nada, sus cambios temperamentales terminan de fastidiarme, no rechazo su caricia pero tampoco la busco ni respondo a ella, solo lo miro tratando de entender que es lo que pasa por la mente de ese vampiro.

-Porque lo dices?-

Es lo único que pregunto mientras observo sus movimientos con atención.

El vástago encoje un hombro, mirándole aun, no retira la mano, esta abarca la mejilla, acariciándole el cuello con la yema de los dedos.

- Sencillo, que de aquí no huirás...-

Dice con toda naturalidad, mirándole por unos cuantos segundos mas antes de bajar la mano acariciando el cuello y volviendo a sentarse en el diván, aunque aun le presta atención a la mujer.

-De aquí solo te iras si así lo decides.-

Algo que a nadie ha permitido, este vampiro ha logrado acariciar su cuello y por ese pequeño instante, mi cabeza he ladeado, ofreciéndolo a su caricia, en muda entrega y aceptación, permanezco en silencio, observando y escuchando, no contesto por momentos ciento que le fastidio y por otros.

El vampiro le miro por unos segundos mas, llenando ambas copas con suavidad para entregarle la suya a Sophie.

-Esa es tu decisión.-

Dice con galantería y tranquilidad, bebiendo su segunda copa de golpe, los gritos en la taberna se hacen más que estridentes, al parecer los camelleros y viajeros se divierten de lo lindo fuera, Khan les mira al frente divertido, tal vez una pizca de ambición se pase por sus ojos.

No contesto, que podría decirle?, nunca me he quedado mucho tiempo en ningún lugar, tampoco me habían dicho que no tendría porque huir, pero no lo se, aun no lo se. Lo observo en silencio, y miro hacia donde le mira, algo le llama la atención y ella también quiere ver así se para y se acerca a el, para tener la misma perspectiva visual.

-Que es lo que ves?-

El vástago sonrió mirando a la chica sentada a su lado, le miro, en la habitación no había lugar alguno que el viera con precisión para llamar su atención, simplemente es el sonido de fuera, de toda aquella gente gastando su dinero en la taberna.

-Nada, solo escucho a la gente gastar su dinero en mi negocio.-

Dice encogiéndose de hombros para mirar a la mujer a su lado, relamiéndose suavemente el labio sin despegar sus ojos de los de ella.

Lo miro con atención, a esto se refería cuando hablo de negocios.

-Así que bien establecido en tu territorio, no hay mas vampiros aquí?, ya me he encontrado con tres, y se que hay mas, que les haces?, los corres para que no afecten tu fuente de alimento?-

Me levanto para ir hacia la puerta por la que entramos, estoy desorientada porque no se cual fue, al entrar casi que no recordaba su nombre solo que no debía caer.

-Quiero salir...no huir, quiero ver que hacen allí dentro.-

Lo miro con expresión infantil y antojadiza.

Solo hay una puerta en aquella habitación sin ventanas, el vástago encoje los hombros divertido, mirando al a chica.

-De huir, no podrías regresar.-

Dice en un suave susurro recostándose en el diván en toda su extensión, aquellos dos metros en horizontal se veían divertidos.

Fuera en la taberna viajeros y camelleros se divierten, mezclándose entre ellos o aislados, la mayoría tiene más licor que sangre en sus venas, así, entre risas, bromas y alguno que otro cántico, se mantienen en aquel estado de sentidos amortiguados.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:48 am


Miro hacia la puerta curiosa...y cuando me voy dirigiendo hacia ella, al pasar al lado de Khan por el diván, me detengo y permanezco mirándolo un momento, quizás se sorprenda porque me acuclillo a su lado, pero mucho mas se va a sorprender cuando sienta mi cabeza apoyarse en su pecho, así permanezco en silencio buscando el contacto de mi igual, sin moverme y suponiendo que siendo hombre, el que una mujer busque su abrazo no le molestara...o si?...

El vástago mira a la mujer arqueando una ceja divertida, sus brazos que eran usados de almohada dejan solo uno ya que el otro rodea los hombros de Sophie con cierta delicadeza, al hacerlo su cabeza se levanta un poco buscando con su mirar el de ella, el crepitar de las llamas resuena en el silencio que se produce entre ellos, alguna carcajada amortiguada por los muros se alcanza a colar al lugar, pero esto no perturba al cainita, que mantiene sus ojos negros en ella.

Siento su mirada, penetrante y absoluta, fijo mis ojos en el, y le sonrió aunque no tengo deseos de moverme de allí, a modo de explicación le digo.

-Había olvidado lo que se siente al estar cerca de alguien,... había olvidado cuanto me gusta.-

Apoyo mi cabeza nuevamente en su pecho pero esta vez, mis ojos permanecen en los de el, observándolo con una extraña serenidad, la de aquel que descubre que esta es una de sus certezas...

Khan le acaricia suavemente la cabeza, enredando sus dedos en los cabellos femeninos, sonriéndole con suavidad, sus ojos se mantienen firmes en los de ella, tranquilos y suaves, su respiración es lenta, rítmica, sus dedos bailotean entre los cabellos, los sonidos externos parecen acallarse como si se alejaran, solo esta aquella pasmosa calma que les envuelve.

- Puedes quedarte ahí cuanto quieras.-

Había olvidado también cuanto me gustaba que acariciaran mi cabeza, y lo disfrutaba, entonces, porque no? si el quisiera, también ... Me acerco a el, mi rostro esta muy cerca del suyo, mis labios se entreabren, mis mirada se fija en sus labios, pero, no puedo moverme, el aroma de mi cuerpo vuelve a rodearnos, sacudo mi cabeza para no dejarme embriagar por el, no quiero avanzar, es extraño lo que siento, deseo besar aquello que quiero matar, sin embargo la seducción del vampiro, me hace olvidar, para permitirme sentir.

El vampiro le ve, se notan la intención en aquellos rasgos, no hay que ser un genio, sonríe suavemente, arqueando su cuerpo con la misma suavidad de aquella sonrisa, para dejar sus rostros a una mínima distancia, aun con sus ojos puestos en los de ella en aquel centímetro que separa sus rostros.

- Que deseas hacer?-

Dice en un suave susurro, el aliento del cainita habla sobre los labios de ella, suave, armónico, al percibir de nuevo el aroma su pecho detiene su suave movimiento, siendo imperceptible aquel hecho, sencillamente su nariz ya no exhala con suavidad.

Por un momento creí, pero, sus palabras rompieron ese segundo mágico en el cual había olvidado hasta mi nombre, me retiro suavemente un poco hacia atrás, no tan lejos como para que si el quisiera pudiera tomarme pero ya no tan cercana a sus labios, entonces desde allí si puedo volverle a hablar, tratando de que lo que sucedió pase desapercibido para ambos.

-Nada...no quiero hacer...nada...ya no.-

El cainita sonríe de medio lado, se le nota pícaro aun con aquel porte de caballero extravagante, sus dedos que juegan col los cabellos lentamente se abren para tomar la nuca abarcándola con toda su palma, no obligara a la joven, simplemente su mano guía a la mujer hacia sus labios, cualquier presión, la mas mínima presión de resistencia, los dedos cesaran en su avance, dejándole retirarse, pero de no ser así, aquellos negros y enigmáticos ojos le invitan, con una sonrisa gravada en ellos.

Lo observo, una sonrisa extraña aparece en su rostro, continua jugando con mi cabello, puedo sentir su mano, puedo sentir su caricia firme en mi nuca, puedo darme cuenta que me guía hacia sus labios, permito que lo haga no opongo resistencia pero tampoco hago algo para llegar hasta el, solo espero, perdiéndome en su mirada, tratando de imaginar como es.

El cainita le mira, acerca un poco mas sus labios a los de ella para terminar de separar la distancia infinima que les separa, los apoya con suavidad, solo una pequeña caricia antes de separarla lentamente, solo unos segundos de parpados cerrados, que se abren picaron antes de volver a cerrarse en los de ella, ahora entreabriéndose lentamente, para pasar suavemente su lengua por los labios femeninos, el ambiente no parece cambiar mucho, guardando en pétreo cristal aquella imagen para ojos de Cronos.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:49 am


Si dentro de los antiguos alguno le hubiera dicho que desearía besar de esta manera a aquel que odio toda su no vida, y juro matar sobre el cadáver de su madre lo hubiera destrozado por ridículo, ahora, junto a el, esta tan cerca, de sentir sus labios, sentir su beso, y perder en un solo minuto el sentido de la eternidad para que solo sea, ese momento y nada mas, respondo a su beso, respondo a su caricia, observo su rostro, buscando penetrar en sus ojos para instalarme para siempre allí.

El vástago mantiene los suyos cerrados cuando la besa, mas lentamente se abren para poder ver sus ojos con aun extraña ternura gravada en ellos cuando le miran, firme a los ojos, cuando sus labios se separan, no puede evitar relamerse los suyos con picardía sin separar los ojos de ella, al parecer por fin había hecho algo bien.

El aroma de mi piel atonta hasta mis propios sentidos, no es el cazador el que ahora esta con el vampiro, sino la mujer que responde al deseo, mis colmillos se manifiestan por un momento, sin agresividad, solo como preámbulo de un juego sensual, vuelvo a acercarme al vampiro buscando sus labios, cuando un golpe fuerte proveniente de la taberna me sobresalta, me separo despacio de Khan levantándome del diván y acercándome a la puerta, pero obedeciendo a un impulso, miro al vampiro antes de abrirla manifestando mi curiosidad.

El vástago parece hacer una mueca de puchero, mas no al retiene, mirando el cuerpo de la mujer, se deja embriagar un poco por al aroma antes de suprimir de nuevo su sistema respiratoria, no desea perder los sentidos, así, simplemente le ve, divertido, esperando que abra la puerta.

Fuera en la taberna un par de guerreros de las estepas golpean las mesas con sus jarras, pidiendo una mayor atención al tabernero, entre risas y cánticos en lenguas extrañas, mirando a la barra, donde el hombretón se apresura a servir de nuevo un par de jarras de cerveza que entregara a aquel par, que se empieza a ganar la animadversión del resto de los parroquianos.

Le sonrío al vampiro mientras abro la puerta para salir a la taberna, los gritos me alteran, me fastidian, no entiendo como el tabernero permite que lo traten así, me acerco al mostrador, huelo las jarras y una mueca de desagrado se manifiesta en mi rostro, hay algunos hombres que parecen bestias, con perdón de las bestias, cuando el tabernero comienza a preparar las jarras para los guerreros, le pregunto mientras le observo.

-Porque permites que te hablen así?-

-Son guerreros de las estepas, Dijinns humanos.-

Dice el tabernero por lo bajo, simplemente ve a Khan apoyado en el marco de la puerta, le dedica una respetuosa inclinación de cabeza, antes de mirar de nuevo el rostro de Sophie sin fijarse en sus ojos, bajando la mirada poniendo las dos jarras de cerveza sobre la mesa.

-Además, vaciaran sus bolsillos en el negocio.-

Dice con un dejo de malicia y ambición entre los labios empuja las jarra hacia Sophie, con una mirada cómplice a su socio, que no se mueve, solo una mirada de reojo, mirando a Sophie, con las jarras delante de ella como si pidiera ayuda, dejándolas ahí sin decir mas antes de ocuparse en otra cosa.

Dijinns...hacia tiempo que no oía de ellos, incluso llegue a pensar que no existían, los miro con desagrado, las multitudes ruidosas me fastidian, me vuelvo hacia el tabernero y luego hacia Khan que observa, las jarras que el hombre coloca sobre el mostrador me hacen suponer que quiere que sea yo misma que las lleve, frunzo la nariz desconfiada, pero al final accedo de mala gana a llevarlas, tomo las jarras con una mano mientras con andar felino atravieso el lugar, mis ojos observan todo, me dirijo a la mesa de los dos hombres, cuando llego hasta allí, deposito las jarras sobre ella, mirándolos a los ojos con un discreto movimiento de cabeza, sin perderlos de vista ni darles la espalda retrocedo volviendo a mezclarme con el resto de la gente del lugar volviendo donde estaba Khan observando y el tabernero.

El vástago le miraba atento, divertido ante la cara y los movimientos de la mujer, aquellos segundos que poso frente a los hombres fueron suficientes, para que aletargados por el alcohol, uno de ellos moviera su mano con inusual firmeza y fuerza con la tosca intención de tomarle un muslo, los dos le miraban, pero todos le miraban, un cruel y abochornante silencio se creo en aquel pequeño lugar, con cada par de ojos posados en la mujer.

Khan sencillamente se fue a posar junto a la barra, apoyando el codo en esta, tomo la copa que le ofrecía el hombre, llevándola a los labios.

-Creo que has cometido un error Mohamed.-

El Hombretón se revolvió de repente nervioso tras la barra.

- Espero que no Khan.-

Mas a aquel alegato no obtuvo respuesta, simplemente la mirada expectante del vampiro esperando la reacción de Sophie.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:49 am


Odiaba que la tocaran pero mucho mas odiaba que la tocaran sin su consentimiento sus ojos brillaron rojos de furia, era imperceptible para el resto de los que allí estaban, quizás si Khan la mirara en ese momento sabría que estaba a punto de iniciar una matanza, sin embargo a pesar de mi furia recordé que es su negocio, y esta lleno de gente, además de que no creía que todos los que allí estaban supieran que era Khan o que era ella, así que con gran esfuerzo controlé el asco que me producía la mano de la bestia en mi muslo y me giré despacio hacia el una sonrisa seductora apareció fingida en mi rostro mientras regresaba sobre mis pasos para hablarle al oído.

-Cariño aceptare tus caricias, pero no frente a todos, si quieres, te espero afuera, aunque podría darte un pequeño beso, como adelanto de todo lo que te daré después...-

-Afuera?-

Bramo divertido el hombre, aquellos dos tenían una mesa para ellos solos, se les conocía por su mala reputación y sanguinario trato, la mano, con toque experto, subió del muslo con una extraña celeridad para tomarla por la muñeca, su compañero hizo lo mismo, poco nivel de reacción tendría incluso ella, en sus caras se veía un toque maligno, las victimas que sobrevivieron a ellos dicen que los dijinns se cuelan en estos hombres... estos esclavistas.

- Crees que valdrá por lo menos unas cuantas de oro.-

Comentan, tratando de hacer que la mujer quede recostada boca abajo sobre la mesa con aquel movimiento que duro segundos, sus manos a las muñecas de ella, toda la fuerza de ambos por colocarle sobre la tabla, la cuerda era mostrada, con ella se le atarían las manos, una gruesa tira trenzada de piel de dragón.

Khan les veía negando con la cabeza, dejo la copa sobre el mostrador, los que ahí estaban reunidos salieron a tropel por las puertas, solo quedaban uno o dos curiosos, el tabernero tubo que hacer un esfuerzo para cobrar a los que se iban sin pagar, simplemente el vástago, cuadro los hombros, cerca de ellos, tomando las manos a la espalda aun con ese toque de aristocracia

No me queda de otra mas que caer sobre la mesa, no me dieron mucho tiempo para reaccionar, vaya idiotas cuando logre destrozar sus gargantas, quizás si no manifestara lo que soy, se descuidarían, me rió, dos bestias atando a una frágil mujer.

-Vaya...les gustan los jueguitos? cuero negro, ataduras y ojos vendados?...-

Giro mi cabeza hacia Khan, y le miro interrogante que caballero acepta que traten así a una mujer? Quizás el.

No son hombres de muchas palabras, rápidos y expertos cierran las ataduras a las manos de la espalda, lamentablemente ella no podría romper cinco tiras de piel de dragón trenzadas en una fuerte cuerda, atan las manos juntas, uno le detiene la espalda fuertemente contra la mesa, mientras el otro, con una cinta mas larga intentara atar los tobillos con las puntas, para dejarle un rango corto de movimientos a los pies, se han perdido segundos hablando en ves de actuar, al parecer ese ha sido el error de esta brujah.

Khan le mira, con un aire divertido, el tabernero ha cerrado la puerta mientras ellos trabajan, escondiendo la espada corta tras la barra, no es la primera vez que esos hombres hacen eso.

En vista que Khan gusta de mirar y permitirlo, vaya que valiente.

Cansada, de la posición y de los malolientes dijinn, resuelvo intentar salir de las manos de las bestias, y en una rápida reacción golpeo la rodilla del que me intentaba atar con tanta fuerza como para partirla, mientras aprovechaba la distracción que el dolor provocaría en el que me intentaba atar y aprovechando el factor sorpresa con rapidez me esfuerzo por pararme para lanzar una patada a los genitales del otro.

Los hombres miran divertidos aquella acción, la patada da en la rodilla del hombre, un crujir se escucha en los huesos, se dejo caer con la cuerda rodeando el tobillo de la mujer, impidiéndole que se gire, el otro afianza mas a la chica contra la mesa dejándose caer con diversión, le gustaban las presas difíciles aunque eran las mas difíciles de vender, por lo menos les divertían.

Khan se adelanto un poco, tomando al que esta con la rodilla rota por un hombro para apretarlo en su mano, haciendo crujir la clavícula antes de lanzarlo contra la barra, donde el tabernero salta con la gladius en mano para clavarla en su corazón, con un borbotón de sangre y un aullido apagado el hombre muere, su compañero tiene que dejar a Sophie sin custodia, llevándose la mano a la espada, cuando esta toma la empuñadura, una mano la detiene, mirando con horror al vástago, siente el puñetazo en la nariz, con el crujir del hueso cae hacia atrás, con las lagrimas en los ojos.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:49 am


Al fin, ya era hora que el vampiro se moviera, me libero de uno de los djinns zafo mi tobillo de la soga enredada mientras observo a Khan que hablando de bestialidades el no se queda atrás, cuando golpea al otro infeliz en la nariz, aprovecho cuando cae a pasar por el filo de la espada la soga que me ata y de paso clavar mi talón en los genitales del hombre, tan solo para recordarle que no me gusto su trato, me acerco a Khan, susurrándole al oído.

-Gracias, si lo previste, porque no lo evitaste?-

-Quería que te defendieras...-

Dice algo huraño, mirando al hombre que aun esta sentado con la nariz rota, Khan pone la mano en sus hombros, apretando con fiereza, la clavícula se rompe en estas partes, un aullido de dolor sale de los labios del dijinn, el que mato el tabernero ya no esta ahí, convertido en una pequeña nube de humo desapareció del lugar, Khan miraba con desprecio a aquel hombre que tiene entre las manos, sus manos están rojas por la sangre que crean las heridas de sus dedos, para apartarse.

- Si quieres bebe de el.-

En su rostro ya no esta la mueca amable, solo aquella facción contraída por la ira y el sadismo.

Mis ojos brillan cuando miran a Khan y luego la sangre del dijinn, me acerco colocándome en el lugar que me indica el vampiro, mis colmillos se manifiestan agresivos y filosos buscando la yugular, destrozándola para beber la sangre que mana abundante y luego aun con los labios rojos de sangre mirar a Khan en muda invitación a compartirlo de el o de sus labios.

El dijinn sucumbió ante el ataque de la mujer, con huesos rotos y sin honor, quedando el cuerpo sin vida que se perdió en una tenue nube de humo, Khan miro a Sophie por un momento, yendo por su copa de vitae, para sentarse en la mesa que los hombres antes habían ocupado, su porte a cambiado de nuevo para ser el de aquel curioso caballero, aunque el porte se transforma por la sangre en sus manos, rostro y ropas manchadas por aquellos dos, mira con tranquilidad la copa, con la cual juega un poco, bebiendo pequeños sorbos.

Me encojo de hombros, mirando el cuerpo del hombre a esta altura de color violáceo luego miro mis manos sucias de sangre, me limpio en la ropa del infeliz, mientras mi lengua pasa suavemente por mis labios, no entiendo la actitud de Khan pero es un brujah, quien nos entiende? Me acerco al vampiro y me siento a su lado en silencio, mis labios aun siguen humedecidos y rojos por la sangre, restos de ella ensucian mi rostro, pero no me veo, así que ahí quedan, espero que Khan hable o que algo suceda para romper ese silencio extraño...donde dos vampiros están enfrentados sin saber que decirse.

El vástago le mira por unos segundos negando con la cabeza antes de dejar la copa de vitae sobre la mesa, el tabernero a regresado a su puesto destrincado la puerta del negocio, sirviendo a los pocos parroquianos que quedan, los ojos de Khan están sobre las pupilas de la mujer, su mano va lentamente a apresar la barbilla de la mujer entre sus dedos con suavidad, pareciera ahora sonreír como un niño, mirándole, para que si ella no se mueve, limpiar la sangre se su rostro con la lengua, cambiando la humedad por el rastro seco y fijo de la sangre oscura que tiene en el rostro.

No dejo de observar la mano del vampiro que se acerca a mi rostro, tampoco cuando su lengua lo recorre limpiando la sangre que lo ensucia, cierro los ojos disfrutando el contacto, mis labios se abren inconscientemente esperando que la caricia continué en ellos, no me muevo ni hablo temiendo romper ese momento.

La lengua del vástago recorre toda una mejilla, la sien de ese lado, para después pasar por sobre los labios y continuar con el otro lado, limpiando cada una de las manchas de sangre con solo pasar la lengua por arriba, para después, regresar a los labios, entre los que pretende introducir la lengua, para ver si no hay retos.

Cierro los ojos sintiendo el contacto de su lengua en mi rostro, permanezco en silencio sin moverme creyendo que de hacerlo ese momento perdurara, un estremecimiento provoca en mi sentir su lengua sobre mis labios, y abro mi boca como si esperase recibirlo en ella, o de la suya beber, en estos momentos que no entiendo como puedo disfrutar tanto de la caricia de aquel que juré matar y también me pongo a pensar, que si esto provoca a quien dijo no amar, que se sentirá amando.

La lengua se introduce lentamente en la boca de la mujer, para jugar con la suya, la mano lentamente se escurre para ir a tomar la nuca y apretar los labios femeninos, la otra mano se posa sobre la rodilla, con el cuerpo del vástago de frente a Sophie.

El tabernero les ve con una taimada sonrisa en sus labios, encogiendo los hombros al verles, se dedica a limpiar las copas con un trapo viejo.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:50 am

Abro mis labios para recibirlo, su caricia es mi caricia, siento su mano atraerme hacia el y yo lo permito, mientras mi pierna se abre levemente al contacto con su mano en mi rodilla, mi cuerpo se acerca a el y mis brazos buscan rodearle para cerrarse en un abrazo, no miro al tabernero pero siento el ruido que produce al lavar las copas, no me interesa lo que sucede alrededor, no en ese momento donde solo disfruto la presencia del vampiro.

Los labios de la mujer dan paso a mi lengua, la mano acaricia suavemente la rodilla, tal vez un poco mas hacia el muslo, mis ojos cerrados no le miran, simplemente el deseo de besarle, de tenerle cerca, mi lengua juega con suavidad con la de ella, lentamente, la mía busca sus colmillos, para desgarrarse y dejar que mi sangre fluya embriagadora mezclándose en la boca de ambos, tanta entrega en el primer encuentro, no le interesa, esta hecho, su sangre se mezcla en sus bocas, mientras la lengua continua jugando con la femenina.

Mis brazos se cierran en su cuello acercándolo mas, mi cuerpo se adelanta para intentar un mayor contacto con el de el, mientras mi pierna tiembla ante su caricia...
Respondo a su beso con creciente ansiedad jugando con su lengua hasta que siento...su sangre ...la siento fluir en mi boca provocando una extraña sensación de éxtasis al beberla, gimo suavemente al hacerlo y a su vez muerdo mi lengua provocando su sangrado mezclándose ambas en la boca de ambos, no lo dudo, lo deseaba, y ese intercambio confirmo una antigua alianza, la de sangre.

El vástago le apretó mas contra su cuerpo, su mano desapareció entre los muslos de la chica, sus labios ahora carmesí jugaban con los de Sophie en aquel existís provocado por la sangre, la otra mano, libre, acaricia la espalda, empujando a la mujer contra el, haciendo pequeños círculos con los dedos.

El tabernero les mira, sin servir ninguna copa mas, apurándose a sacar a las pocas personas que quedan para dejar solos a la pareja, el mismo, no hace ruido al salir, aunque si lo hace el prestillo al cerrarse.

Mi cuerpo se estira al sentir los dedos del vampiro en mi espalda, mientras las caricias en mis piernas provocan mi deseo, no dejo de besarlo, bajo los brazos que lo rodean para intentar torpemente por la ansiedad desatar los cordones de mi malla dejando a la vista de Khan cuando lo logro parte de mi femenina anatomía, me sobresalto con el ruido de la puerta al cerrarla el tabernero, tapándome inconscientemente mi pecho, cuando en realidad poco me importa lo que piensa o lo que ve.

El vástago miro a la mujer, acariciando la piel que se descubría fina y apetitosa, cuando oyó el chasquido del hierro, miro el local vació, pero para evitar miradas curiosas, tomo a la mujer por la cintura levantándola en vilo y llevándola a la habitación sin ventanas, cerrándola tras de si, la noche era joven aun, mañana, será otra noche, puede que mas interesante que la primera.

Sonrió cuando me levanta en vilo, abrazándome a el, apoyando mi rostro en su hombro, me gusta la idea de una noche juntos y la promesa de muchas mas.

La noche paso rápido para ellos, aunque el día fue interminable, el tabernero se cercioraba que nadie abriera la puerta, teniéndola firmemente trancada por fuera y por dentro, el barbullo real se comienza a crear cuando el ocaso cae sobre el pueblo, donde los parroquianos comunes hablan de lo pasado en la noche anterior, especulando las razones de eso, aunque sin tener una idea clara, los que lo presenciaron todo estaban demasiado borrachos como para recordado en forma, el vampiro se pone en pie del suelo, el hogar se había apagado, solo quedaban algunas cenizas y las brazas débilmente encendidas, la alfombra que había servido para apoyarse sobre la ruda madera tenia manchas de sangre el vástago sonrió con suavidad.

Sus ojos pasaron del suelo al cuerpo que estaba desnudo acostado junto a el, recorriendo con una media sonrisa en ojos y labios, se llevo la mano al cuello, donde dos pequeñas marcas de mordida le cubrían, miro a la mujer entrecerrando los ojos, lentamente se puso en pie, también totalmente desnudo, para ceñirse los pantalones con las cadenas colgantes de las caderas y las altas botas que embuten el pantalón hasta las rodillas, su piel tenia manchas de sangre, sonrió la verlas, sirviendo una copa de vitae, no encendió ninguna vela ni el hogar, simplemente miraba a la mujer, con la copa entre los dedos y labios.

Mi mano tantea el lugar donde debería estar aun el vampiro, me estiro, la musculatura de mis piernas se tensan por un breve momento , las sensuales formas de la mujer se dibujan perfectas bajo la mirada de Khan, me siento y una cortina de cabello azabache cae por mis hombros y rostro mientras mis ojos buscan al hombre por la habitación.
Me observo , mi pierna, dos marcas de mordida hay en uno de mis muslos, me sonrió recordando la intensidad de la noche, toco también las dos marcas en mi cuello las acaricio para luego posar mis dedos en mis labios recordando los de el, siento su presencia, y me levanto de la alfombra que compartimos, volviendo a estirarme esta vez en toda mi altura, desde donde esta Khan, el puede ver mis brazos y piernas perfectas , mi minúscula cintura, la suave redondez de las caderas y la firmeza de los pechos, esa es Sophie mujer y fue suya. Me dirijo ahora hacia el vampiro, y le sonrió con picardía mientras, mi dedo se introduce apenas en la copa de vitae mojándolo para luego trazar con el una línea roja y húmeda desde mi cuello hasta el ombligo, para luego limpiarme mi dedo con la lengua.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:51 am


El vástago le miro divertido, llevando las manos para tomarle por la cintura, acercándole a el, la copa queda en la mesa, la lengua masculina recorre la piel, desde el ombligo hasta el cuello, poniéndose en pie con el movimiento, para ahí, donde termina la línea besar la tersa y alba piel.

Y la magia volvió a comenzar, reconociendo como propio el cuerpo del otro, aprendiendo cada centímetro, en un eterno juego de seducción y sexo vampirito, luego, Sophie se levanta comenzando a vestirse con suaves movimientos sin dejar de mirar al vampiro con una extraña sonrisa de plenitud.

-Llévame a recorrer tu ciudad...-

El vástago se puso en pie lentamente, mirando a la mujer, coloco la camisa y la gabardina sobre su piel, para después, con un solo movimiento, dejar que la gruesa cadena cruce su pecho, mas metal cuelga de su pantalón, mirando a la mujer, sonrió suavemente.

- No creo que sea apropiada para vos.-

Dice divertido con los ojos puestos en ella.

Frunzo la nariz y le sonrió con picardía mientras lo rodeo acercando mis colmillos a su cuello, rozándole apenas sin lastimar.

-Vampiro, llévame a conocer tu ciudad, prometo no hacer estragos.-

Me tomo de su brazo apoyando mi cabeza en su hombro mientras lo miro con expresión angelical.

El cainita sonríe divertido, mirando a la mujer, le rodea la cintura con suavidad, ponerla frente a el con un movimiento del brazo y besándole con salvaje pasión, para después en un susurro, decir.

- Me preocupa lo que te hagan no eres muy buena defendiéndote.-

Dice con suavidad, acariciándole la espalda, sus manos bajan sin pudor para tomarle los glúteos.

Me quejo apenas por su apretón, para luego preguntar sonriendo.

-A ver...temes a que no me defienda de los que desean tocar?, o de quienes?-

Busco sus labios mordiéndolos con suavidad para decirle.

-No pensaba salir sin ti para que me defendieras.-

Me aprieto contra el, y lo beso, no dando opción a respuesta negativa, tomo su mano y tironeo para que salgamos de allí, donde siempre podamos volver.

El vástago sonríe, dejándose llevar, salen de la taberna, es de noche de nuevo, aunque hace poco que se oscureció, ahí en las calles, se ve aun la gente ir y venir, para terminar de cerrar los comercios, las ropas de todos aquellos son exóticas, así como la variedad de los seres que las portan, había de todo por ahí, elfos, humanos, incluso algún enano, todos parecen llevar algo bajo los brazos, incluso exóticas mujeres avanzan por ahí, como si nada, un lugar cosmopolita, sin ningún patrón fijo, simplemente una regla, no salir al anochecer.

Todo es novedad y me llama la atención, frunzo la nariz cuando siento el olor de los elfos, miro a Khan cada tanto, busco en su mirada la revelación de lo que sucede allí, porque tantas razas conviviendo en su territorio, que es lo que le ofrece el a ellos o ellos a el? Ghouls? A excepción de los elfos? Hay una tienda que le gusta, por lo extraña y poco convencional, mezcla de cuero, metales y sedas, le recuerdan su estilo y hacia allí quiere ir, mira a Khan poco convencido de complacerla, pero quizás insistiendo.

-Vamos, llévame allí, quiero ver ese lugar, quiero tocar las gasas y ver los trajes.-

El vástago sonríe de medio lado, llevándole ahí, ofreciéndole el brazo para que la tome, cuando los hombres y mujeres que andan por ahí se percatan de el, se apresuran a pasar de largo, sin mostrar aparente miedo, pero tienen prisa por salir del punto de visión del vástago.

- De acuerdo, vamos.-

Tomé su brazo y entramos al lugar, me acerco a las gasas y a los corsés de cuero, sonrió como si estuviese ante un juguete nuevo, me enredo en sedas multicolores aunque prefiero las rojas, y una malla adherente, llama mi atención así que la tomo para probarla en mi, un vampiro no sabe de pudor ya esta por fuera de eso hace tiempo, esta acostumbrada a vivir el hoy el ahora, y los demás poco le importan.
Mira con picardía a Khan, y le pide que desate el corsé de su malla para desnudarla y así probarse una de cuero negro, de corte atrevido y sensual, quien atiende la tienda supongo que se encuentra perfectamente escondido, todo estaba desierto y abierto, quizás buscase al dueño para preguntarle su opinión sobre como luzco.

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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:51 am


El vampiro le mira divertido, ayudándole en lo que dice, de reojo mira a la dependienta de la tienda, que bufa ante el atrevimiento de la chica, mas no dice nada, es una mujer algo robusta de tes morena y unas orejas algo picudas, mira a Sophie con algo de celos, mas no dice nada, sabe quien le acompaña y para ir con el debía de ser peligrosa.

Khan mira a la mujer que tiene frente a el, la blanca piel las pequeñas heridas de la noche pasada, se relame los labios divertido, tal ves hoy haga lo mismo.

Mientas tanto en la taberna, se descargan algunos barriles de olor picante, varios de estos, un olor a hierba, los que hacen aquello parecen hombres de poco fiar, aunque lo hacen lento, como si no les preocupara que les vieran.

A mi no se me escapa esa mirada, ni el leve bufido me fastidio y terminando de quitarme la malla, me acerco al mostrador donde la mujer se esconde y me siento con las piernas cruzadas sobre el, la perfección de mis formas quedan expuestas ante la mujer que por su aspecto parece una drow, o semi drow o una elfa espantosa, ahora que recuerdo, un drow, que nunca olvidaría, es aquel que conociera en el décimo reino?, nunca mas supe de el, una pena, ese si era un hombre, lastima que su corazón también estaba ocupado por otra vampiro mejor olvido ese tema quizás los sires puedan escuchar el pensamiento de sus vástagos.

Observo con serenidad a la mujer pero cuando voy a hablarle una manifiesta presencia imprime en ella, la sensación de temor, en fin, a la mujer cuestiono, con extraña suavidad, cual es su problema.

-A ver Tú, cuál es tu problema?, dime que es lo que te molesta, te molesta que no me avergüence mostrar mi cuerpo? porque debería de avergonzarme lo que funciona perfecto? lo siento o quizás te moleste que yo este donde tu quieres estar?-

Y ahí, no pude evitar que mis colmillos se manifestaran amenazantes pero tan solo el tiempo necesario para mirar algo que me gusto y bajándome del mostrador olvidar la mujer, la cual esperaba que no se le ocurriera emitir sonido o recordarle que estaba aun allí, una diminuta falda se mostraba en una de las estanterías, hacia ella voy, y la deslizo en mi cuerpo con sensualidad, disfrutando el cuero en mi cuerpo como una caricia, se la muestro a Khan, lo rodeo para que la vea en mi, mientras con picardía muerdo apenas su cuello sin marcar, como muda promesa de lo que puede pasar.

Así, pavoneo aquel diminuto trozo de tela, las costuras en cruz del hilo que la cierran por un costado, dejando que toda la pierna izquierda quede a la vista a través de aquellos hilos, lo que parece ser un grueso cinturón colgando de las amplias presillas, me encanta el tacto, la sensación de libertad y la mirada del vampiro sobre mi piel y mi cuerpo.

Me gusta, pero mas me gusta el satén rojo y el satén negro, de unas sabanas que invitaban al no descanso, miro al vampiro y sonriendo le digo.

-Rojo o negro?-
Sonrió con picardía mientras los mantos de satén rojo y negro caen sobre mi cuerpo, contrastando con la blancura de mi piel.

El vástago mira a Sophie reprobador cuando esta infunde en las emociones de la mujer, que queda muda, le ve danzar alrededor de el, colocar las telas de satén sobre sus hombros mirándole, le gusta esa picara chica, simplemente va a esconder sus manos entre el satén, para llegar a la pierna de la mujer y avanzar divertido, intentando adentrarse en la diminuta falda para tomar sus glúteos.

-Blanco.- Dice mirándole divertido a los ojos.

Lo abrazo adhiriendo mi cuerpo a el buscando sus labios mordiéndolos apenas hasta sacar solo la gota de sangre necesaria para un breve éxtasis.

-Entonces sire, lo lleva con usted? digo...lo blanco...-

Le sonrió con picardía mientras dejo caer el satén para solo permanecer en el abrazo miro a la mujer escondida y le pregunto con malicia.

-Tu crees que me queda bien esta falda?...tu crees que a el le gusta lo suficiente?...o mejor no, otra vez será...-

Con total naturalidad vuelve a desnudarse para colocar su propia malla mas adherente, mas mínima mas sensual como si fuese una segunda piel, deja sobre el mostrador la ropa probada y levantando el satén rojo le dice.

- Quiero esto...-

No sabe si por miedo o por convicción o por que allí estaba Khan tomo la mujer las sabanas rojas y las envolvió con un fino papel negro dándoselas mientras temblaba visiblemente.

-Gracias si puedo hacer algo por usted, solo dígamelo.-

Le contesto mientras mis colmillos se manifiestan filosos y brillantes tan solo un segundo. Miro luego a Khan como si no hubiera hecho nada tan solo para mostrarle el paquete y decirle.

-A la taberna, hay que estrenarlas no crees?-

Y una sonrisa picara ilumina mi cara mientras tomo otra vez su brazo y lo tironeo hacia afuera. El vampiro no se dejo llevar por la chica, simplemente mira aun dentro de la tienda, tal ves si siguiera con la mirada lo que el ve encontraría algo agradable, no espera que ella mire también, solamente avanza para tomar en sus manos algo mas, pensándolo un poco toma un conjunto de piel. Tomándolo para verlo, lo pone frente a Sophie, como si adivinara como se vería con aquello puesto, asintiendo con la cabeza ante la imagen mental, la coloca sobre su brazo.

La selección no es nada recatada, es solo un minúsculo vestido, que comienza a la mitad de los senos femeninos, para terminar justo ahí donde lo hacen los albos glúteos, cerrado por la parte trasera por unos hilos que se entrelazan, avanza un poco mas, tomando dos pares de muñequearas que ve por ahí, junto con un collar, sin decir mas para colocarlo en el mostrador, donde la mujer sonríe ocultando su rostro de la vampira al bajar la mirada.

La mujer se apresura en tratar de envolverlo todo, pero el collar es quitado de su alcance, levanta la vista para ver su paradero y son las manos de Khan que lo sostienen, acercándose a Sophie lentamente, con la intención de colocarlo en su cuello, acariciarle la piel de este, de los hombros con la caricia, para besarle un oído, si esta deja que lo coloque, donde antes estaba aquello, hay un par de monedas de plata, una cantidad superior al valor de los objetos.

Me sonrío al verlo acercarse con un collar, pero me retiro un poco cuando lo intenta colocar, niego suavemente mientras mis manos acarician su cuello con las uñas.

-Khan, no necesitas ajustar un collar ni en mi cuello, ni en mis manos, porque de tu lado no me moveré, acaso no sientes que te pertenezco? yo no me someto ante nadie, solo cuando yo decido hacerlo, y en tu caso no es necesario.-

Mirando el collar de un lado y del otro le guiña un ojo para decirle.

-Aunque pensándolo bien quizás me sirva para evitar las mordidas de un vampiro en mi cuello.-

Corriendo mi cabello hacia un costado le muestro la serie de pequeñas mordidas como precio de su pasión. Una media sonrisa se dibuja en el rostro de este, encoje un hombro divertido.

- Nadie ha dicho que es un símbolo de pertenencia, es solo un accesorio.-
Dice divertido, aun intentando colocarlo, mirando las pequeñas heridas, besándolas antes de intentarlo de nuevo. -Puede que sea parte de una sorpresa.-

Aquella ultima frase es dicha a su oído, besado y ligeramente mordido por los labios del hombre, que lentamente separa sus labios de la pequeña presa, lamiéndolo antes de apartarse del todo.

Mis ojos se abren cuando escucha sus palabras mientras una sensual sonrisa aparece en mi rostro, tomo el collar e intento ponérselo al vampiro.

-Si eso quieres, entonces serás tu quien use el collar.-

Ahora si con paquetes y accesorios, quiere salir del local, frunce el ceño fastidiada, porque esta ansiosa por llegar a la taberna, aunque algo mas le llama la atención en otro lugar, y hacia allí comenzó a caminar sin esperar a Khan, mientras un pedazo de la sabana de satén rojo escapaba del paquete haciendo que Sophie no fuese nada discreta.

-Que!? Que miran?-

El vampiro bufa al oír aquello, deteniendo el collar, para dejar el paquete caer al suelo sin prestarle mayor atención, nadie lo recoge, le dejan ahí, tirado a la entrada de la tienda, mientras el vampiro sigue a la mujer, encogiéndose de hombros, mira a aquel viento que le dice algo a Sophie, que nadie esta cerca de ellos, nadie parece prestarles atención, mas por miedo que por otra cosa.

El deseo de Khan aun me hace sonreír, no me parece mala idea, me acerco a lo que me llama la atención, me gusta muchísimo, entro al lugar, una extraña oscuridad hay en la habitación, miro alrededor, con desconfianza, esperando que Khan ingrese al lugar para mostrarle que es lo que me atrajo de allí, mientras voy al objeto, paso mi dedo por encima de su hoja, sintiendo que el filo rasga mi carne sangrándola, me rió, una daga larga casi como una espada corta, dentada, o sea que es del tipo que me gustan, enterrar y al sacar, traes contigo mucho mas que la vida.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:52 am


-Es tan buena para matar como luce?-

Pregunto al aire, pregunto a Khan pero no se si ya esta ahí, o aun no entro, yo sigo mirando el arma, que con su metal reluciendo orgulloso, con la guarda en forma de escamas, con la empuñadura cubierta en piel y el magnifico trabajo de la cabeza de dragón al final de esta, es un oferve perfecto a mis ojos, es un arma perfecta en esa ligera curva, en esa punta que termina como un garfio, me encanta.
El vástago le mira desde la puerta, recargado en el marco de esta, mira al interior, mira a la chica, negando con la cabeza, lleva las manos cruzadas al pecho, no se ve que sostenga nada, al parecer ella no se dio cuenta de cuando se deshizo del paquete, no le interesa, el que atiende el local es un hombretón de apariencia nórdica, grueso como un roble que mira a la mujer con cara de pocas pulgas al manchar esta la hoja de hierro.

Mala idea la del hombre justamente conmigo molestarse, con mirada suplicante como aquel que sabe que actuara mal pero es por una razón suficiente, le tira un beso en el aire a Khan mientras toma la daga ensangrentada y se dirige hacia el hombre, el aroma de mi sangre es fuerte en el lugar, mis sentidos se agudizan por un momento y cuando llego a donde esta el gran hombretón me trepo al mostrador quedando sentada, bien pegada a el, mi cuerpo y mi olor al alcance de su mano mis ojos se fijan en el mientras la presencia vampirica se instala en el lugar, infundiendo deseo.

-Vaya, porque esa cara? Estas molesto conmigo? Acaso es porque ensucie la daga cuando me herí?-

Hago el gesto de un puchero mostrándole mi dedo herido y sangrante, mientras le muestro la daga sucia de sangre en su hoja brillante.

-Mira mi dedito! anda se bueno, cúralo!-

Digo con vocecita de niña mimada colocando simultáneamente mi dedo en la boca del infeliz, con seguridad ha probado mi sangre, sonrió y tomo la daga ensangrentada otra vez, para limpiarla en la camisa del hombre levantándola para ver su brillo a trasluz.

-Quedo bonita verdad?-

Me bajo del mostrador, su camisa quedo manchada lo miro reprobándolo para luego ir a colocar la daga en el mismo lugar donde estaba, allí quedo el hombre mirándola con los ojos de tonto luego de probar mi sangre, me acerco a Khan bajando la mirada porque se que no le gusta que juegue con los humanos pero es que son tan lindos y algunas veces tan tontos.

El hombre le mira con evidente lasciva, mas no dice nada al ver ahí de pie a Khan, sus manos parecen temblar con el deseo de tomarle, mas se mantiene estoico, con la mirada fija en la dama que pareciera portarse como una niña mimosa frente a el.

Khan le mira, niega con la cabeza, cuando Sophie va a la puerta donde estaba el, aquello esta vació, el hombre parece caminar un par de pasos delante, miro lo suficiente aquella escena, así, avanzaba con las manos dentro de los bolsillos de la gabardina, pasa cerca del paquete que nadie toca, mirándolo de reojo, para volver a mirar a la taberna, sus pasos son lentos no tiene prisa aun no terminan de descargar aquellos toneles.

Lo sabia, sabia que se enojaría salio del comercio y pasando por donde el paso levanto el paquete que había optado por ignorar para luego en silencio cargada con las cosas acompasar su paso al de el, baja la mirada aunque una sonrisa de picara malicia hacia pensar que estaba ideando alguna otra cosa, miro la descarga en la taberna, ya la había observado la primera vez cuando estaba probándose ropa, aun seguían allí.

-Khan, que es lo que descargan?, hace mucho rato que observo que descargan esos toneles, que es lo que hay dentro?-

Quiero llegar hasta allí para mirar, pero si Khan no avanza no quiero hacerlo ya fue suficiente con todo lo que se ha molestado, pero, debe aprender, que tomar luego de tanto tiempo lo que debió formar desde que la convirtió, le traerá mas de un dolor de cabeza, de vez en cuando lo miro de reojo a ver si lo veo aun molesto no me doy cuenta, parece indiferente ya.

Khan no responde nada a la mujer, se queda cerca de la carreta, mirándoles trabajar, con los brazos cruzados, aquel rostro amante parece una fría mascara, con los ojos puestos en los hombres que se dedican a lo suyo, sin prestar atención a nada mas, les faltan solo un par mas de toneles, que no tardan mucho en guardar, el camino de aquellos cilindros de madera es un pasadizo que va a un sótano, oculto a los ojos de los curiosos y parroquianos.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:53 am


Su actitud fría e indiferente, provoco un reflejo en mi, mi cuerpo se irguió, acomode los paquetes dejándolos a un lado, cruce mis brazos, mi rostro no manifestaba ya emoción alguna, nadie podría decir que de camino desde la armería venia pensando las mil y una formas de hacer el amor con el vampiro, pero toda acción tiene una reacción, el frió produce mas frió, el calor mas calor y ahora se daba cuenta que observando esa mascara indiferente que se transformo el rostro de Khan, ella no sentía nada, ya no pregunto solo observo, alerta, pensó que todo lo conocía de el sin embargo no era así, si bien siento curiosidad por lo que hay en los toneles no hago esfuerzo alguno por mirar lo que es.

Los toneles son descargados con maestría por aquellos hombres, se nota que no es la primera vez que hacen aquello, rodándolos, cargándolos de ser necesario, los acomodan en el sótano, uno sobre otro, como si juntaran una gran cava de buen vino, solo que aquello no huele a vino, cuando los hombres salen, uno hecha su capa tras el hombro, dejando el brazo musculoso al descubierto, donde en el hombro se grava una A invertida, visión que solo duro un segundo, antes de que el cochero pusiera en marcha el carruaje, desapareciendo así los hombres de la vista.

El tabernero se apresura a cerrar la puerta escondida por la cual bajaron los toneles, sin prestar atención a nadie mas, vuelve a su lugar de trabajo, donde descansa atendiendo a sus parroquianos, los mismos de siempre, con una clientela creciente y constante.

Khan mira a Sophie de reojo, negando suavemente con la cabeza, toma sus manos a la espalda, caminando tan mono y relajado como siempre, solo que va directo a la barra, para tomar una jarra de vitae y dos copas e ir directo al apartado, sin saludar a quien levanta la mano para saludarle a el.

El quizás no se dio cuenta, que cuando la vampira se giro para seguirle, lo hizo imitando su porte seriedad y serenidad, aunque solo estaba jugando con el, sabia que su comportamiento le disgustaba pero quien se animaría a reeducarla ahora? Quizás Khan lo hiciera, pero no regañándola quizás lo lograra seduciéndola o fascinándola como solo el puede hacerlo, aunque puede que esto no lo sepa, que si bien es una brujah, fría calculadora y asesina, gusta de disfrutar del amor.

El cainita permanecía sin hacer mayor caso a la mujer, uno de los hombres que descargan los toneles tiene grabado una A invertida rodeada por un circulo, así, cuando estos terminan y Mohamed cierra el sótano, Khan avanzara al apartado, vigilando que los hombres se marchen tras recibir su paga.

Esperó que se sentara en el apartado para ella ir hasta uno de los paquetes y en un momento de distracción desvestirse y vestirse, se acerca al vampiro colocándose a su lado, susurra su nombre con suavidad para que el observe un momento que es lo que la cubre, y así ver, la sabana de satén rojo sangre sobre el cuerpo de Sophie y el contraste perfecto de su pelo azabache cayendo sobre ella enmarcándose por su blanquísimo rostro, antes que Khan reaccione, la vampiro había dejado deslizarse la sabana de su cuerpo así pudo el observar que bajo ella estaba desnuda.

Khan sirvió el par de copas, llenándolas ,la puerta se cerro tras Sophie, que se cambio, mientras el vástago servia aquel par de copas, escucho su nombre susurrante, girando lentamente el rostro para ver la sabana de rojo satén deslizarse por el cuerpo marmoleo de la mujer, el vampiro sonrió suavemente, sus dedos enjugaron un poco en la copa del liquido carmesí, para ser llevados a la piel de la mujer, sin preguntar y mirándole a los ojos, tomo una pequeña de la anatomía femenina ese pequeño y firme pezón, para tirar de el, sin soltarla, sin apartar los ojos de ella.

-No juegues con sus sentimientos, ellos te alimentan, son una basura, pero una basura respetable.-

Mientras habla no deja de tirar de aquello que aprisionan sus dedos, para soltarla al terminar la frase.

Avanzo hacia el, retirando su caprichosa mano de mi tomo su rostro en mis manos y me acerco a besarlo, mordisqueando mis labios ofreciéndoselos a el para que bebiera de la sangre que mana de ellos. Mi cuerpo se entrelaza al de el, sugerente y calido, mientras nos cubrimos con la sabana de satén roja.

-Khan, yo se lo que piensan antes que lo hagan, si tuvieran la mínima oportunidad de acabar con nosotros lo harían, solo les estoy ofreciendo el motivo suficiente para animarse y cuando lo intenten, hacerles entender lo inútil que fue su deseo.-

Cuando termino de hablarle lo abrazo volviendo a besarlo impidiendo cualquier movimiento de su cabeza, sobre todo cuando la movía disgustado con mi comportamiento.

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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:53 am

El cainita trata de apartar sus labios de los de ella, aunque no hace amago alguno por separar sus cuerpos, si sus labios, sin beber la sangre, sin tocar los suaves y carnosos pétalos que se le ofrecen.

- Acaso crees que yo no se lo que piensan?, tus les subyugas con terror y va a llegar el momento en que ellos, que son mas y salen de día, te cacen y no habrá un Mohamed capas de detenerlos a todos.-

Dice aun separando sus labios de los de ella, sin tocarlos, sin rozar los siquiera, simplemente le mira a los ojos con una mirada vacía por un momento, indiferente, aunque en su rostro se grave una sonrisa picara.

Me separo de el para mirarle un momento seria, retrocedo soltando su abrazo.

-Khan, no es terror lo que siembro sino muerte, esos de ahí afuera con quienes "jugué" estarían muertos ahora si no estuvieran en tu territorio, has de saber, que los ejércitos de un solo soldado, tienen la ventaja de meterse en las filas de sus victimas, para uno a uno ir haciendo que la estructura de poder caiga, se desorganice, quede sin mando, y ahí entramos nosotros, nuestra presencia hace la historia de aquellos títeres a los que subyugamos para que nos obedezcan.-

Me envuelvo en la sabana de satén, me siento a la orilla de la chimenea es que por un momento olvide que mi intención no era hablar de planes...sin embargo en voz baja le susurro.

-Nosotros somos el futuro.-

El vampiro le miro, poniéndose en pie lentamente, dándole la espalda, para dejar su copa de vitae sobre la mesa que esta entre los divanes.

-En ese caso busca tu futuro, detrás de las puertas de las murallas de esta ciudad.-

El vástago esta de pie, frente a la puerta, tomando el picaporte dándole la espalda a la mujer, lentamente abre la puerta del lugar, mirando hacia afuera, desea mirar por sobre su hombro, mas no lo hace, lentamente se encamina a la barra, donde le proporcionan otra copa de vitae, yendo a sentarse junto al hogar, mirando la puerta cerrada del apartado cuando se sienta, mira el fuego, dedicándose a beber la copa que tiene entre manos.

Permanezco parada mirando la puerta que se cierra, luego bajo la mirada moviendo la cabeza resignada y murmuro con pena.

-Brujah...-

Dejo otra vez deslizar la sabana de satén al suelo, el fuego ilumina mi cuerpo otorgándole un color dorado, mi pelo brilla y comienzo a peinarlo con suavidad aun desnuda para luego despacio comenzar a vestirme, antes de terminar de hacerlo, me siento en el suelo sobre la roja tela y termino adormeciéndome con el calor de las llamas aun mirando la puerta que no se abre, antes de dormirme susurro como si estuviese hablando conmigo misma.

-No pensaba irme de tu lado, pensaba quedarme en tu corazón.- Con esto en mis labios quede dormida.

Aun entre el barbullo el vástago logra escuchar el pequeño murmullo de la vampira, muy a su pesar escucho aquello, sencillamente peso para si "hubieras escogido mejor tus acciones y tus palabras", dando cuenta de su copa, salio de la taberna, siempre tenia otro sitio, por si Mohamed salía o no podía dejar a alguien cuidando de la taberna, confiaba en que el cuidaría a la mujer, así, lentamente camino a su escondrijo alterno.

Mohamed le vio salir, muy a su pesar tenia que cuidar a la mujer, había oído lo que había hecho esa noche, todo llegaba a sus oídos, además, todos eran conocidos.

Me despierto inquieta, es de noche, tengo sed, el fuego de la chimenea casi se apago, busco a Khan con la mirada, el no ha venido, estoy enojada, miro la sabana roja en el suelo donde dormí arrollada me enfurece, nada debía haber sucedido de esa manera, la tomo y la tiro en la estufa donde aun se conservaban algunas brasas, la seda se enciende rápidamente, desapareciendo con ella el sueño de otra noche de pasión junto al vampiro, me paro ya vestida y armada y con decisión avanzo hacia la puerta la cual abro con brusquedad visiblemente molesta, me quedo mirando al tabernero seria.

-Me voy...- Son las únicas palabras que dice mientras busco la salida.

El tabernero se revuelve nerviosos, mirando a la mujer, mas no dice nada, tenia ya el vitae listo para ella, mas no lo saca de debajo de la barra, atina en asentir con la cabeza.

Khan mira desde lo alto de las murallas el camino de las estepas, la ciudad amurallada solo tiene una salida, la cual Khan mira sentado en una almena, su rostro parece una implacable mascara de frialdad, su aura se extiende por toda la ciudad, cada uno de los habitantes se revuelve incomodo, sin saber con certeza que es lo que les pasa, sentirían una profunda y nerviosa decepción.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitimeJue Mayo 29, 2008 5:53 am


La noche me oculta, el perfume de mi piel me delata trazando un sendero que solo un vampiro puede seguir y un humano interceptar, no puedo entender cual es el disgusto del vampiro, no puedo entender porque se fue, solo se que siento un nudo en mi garganta, y que hubieron muchas cosas que deseo decirle pero su frialdad e indiferencia lo impidieron.

-Hay veces...solo a veces que deseo haber permanecido sola, no haberte encontrado, y que no hubieras despertado lo que despertaste para ahora irte.-

Las luces mortecinas del pueblo van quedando atrás, para enfrentarse ahora a las murallas solo era traspasar esos muros y la historia retrocedería, al momento en que lo conoció, sin embargo busco un árbol, para sentarse en la rama de este, mirando el cielo, buscando las estrellas que parecen ahora no alumbrar mi camino.

El vástago de Caín, mira las almenas, mira el camino, un alarido de furia parece salir de sus labios, se pone en pie, tomando la almena en la que estaba sentado, clavando los dedos en la argamasa, para tirar de ella y con algo de esfuerzo despegar la roca del muro y lanzarla hacia las afueras de la ciudad, se puede oír el golpe sordo, el rodar de la piedra, la figura del cainita toma asiento en el hueco, donde antes estaba la almena.

Un escalofrió me recorre, se que esta cerca, se que esta furioso, cierro los ojos intentando sentir donde esta y entender, porque? La noche se hizo sin luna, no la iluminan las estrellas, solo algo puede guiarlos su sangre, al silencio le murmura, sentada en la misma rama, despreocupada su postura, la negra cabellera meciéndose suavemente en contraste con la blancura de su piel, lo busca, lo desea cerca de si, para amarlo o odiarlo, pero se pertenecen, lo sabe ella, y lo sabe el.

-Estoy aquí... ven por mi.-

La sangre a quedado en la argamasa del muro, esta corto la piel cuando los dedos se clavaban en la mezcla que utilizan los constructores, los talones golpean los pesados muros, haciendo que estos tiemblen en la parte superior, los codos son apoyados en las rodillas, la barbilla en la mano, puede sentir la calida brisa acariciar y jugar entre sus cabellos, mas solo mira al horizonte nocturno con la mirada perdida en aquel confín indómito que suele ser el resto del mundo.

Siente los golpes, el enojo, la furia, mira hacia donde siente su presencia, que puede demorar en llegar? solo el tiempo en que demora en desearlo, sube casi corriendo, el destrozo de piedras le recordaba lo que en otro momento fue la almena, lo encuentra allí sentado pensativo, estoy de pie detrás de el puedo sentir el olor de su sangre, deseo ver donde esta herido me acerco mas desearía que se girara, desearía abrazarlo, no quiere decirle que sintió miedo de perderlo y por eso no se fue solo susurra en ese silencio dos palabras recién aprendidas.

-Te amo, no me fui, y no me iré, así que dime lo que te sucede dime lo que te enoja de una vez y regresa conmigo.-

El vástago arquea una ceja, piensa por un momento, en su mente las ideas fluyen, “pensaba irse?, no se fue?” así, menos se mueve, escucho las dos primeras palabras, parece no prestarles atención, ella pensaba irse, se mantiene en silencio, ya no hay heridas en su piel, solo la sangre mancha sus dedos, dejando la huella de estos en su rostro, sus ojos no se apartan del horizonte que se dibuja delante de él.

- Te ibas…- Sus palabras son apenas un susurro – Tenias pensado irte…?

Pareciera que nunca iba a acabar la frase, sin mover un músculo, los talones que golpeaban el muro han quedado quietos, dejando que sus piernas se balanceen en el vació del alto muro.

Avanzo hacia el sonriendo, me acerco donde el se encuentra sentado y aunque se resista lo ayudo a acercarse a mi...quiero mirarlo a los ojos y para eso tomo su rostro entre mis manos y susurrando i sobre sus labios le digo.

-Solo me iré, si tú lo haces...-

Es una promesa.
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MensajeTema: Re: Dibujando en el cielo un ocaso   Dibujando en el cielo un ocaso Icon_minitime

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