La puerta abierta...

Sensación de vacio, se notaba caer en el infinito sin saber donde poner los pies... Esa sensación la desgarraba, sentia como su cuerpo se estiraba y después volvia a su estado normal y una luz cegadora la envolvia. Hacia frio, un frio que quemaba su palida piel, nunca antes habia tenido tanto frio... ¿Que es lo que le habia ocurrido? A penas recordaba nada, tan solo que paseaba cerca de las rocas y de repente algo la iluminó, su oscuridad despertó y se vio envuelta donde estaba ahora...

Y ahora caía y caía y se retorcia de dolor, hasta que poco a poco todo se fue calmando, sus pies tocaron suelo y ella se arrodilló, con las manos en el suelo, jadeaba como si acabase de salir victoriosa de la mejor de las batallas. Se llevó una mano a la sien, le dolia la cabeza horrores, nunca antes se habia sentido así, ni en la peor de sus resacas tras una buena borrachera. Alzó el rostro lentamente y la luz del sol le dio de pleno en la cara, haciendo que se cubriese el rostro con la palma de su mano. Poco a poco pudo ponerse de pie y se alisó la falda corta que vestia. Se tocó la coraza de cuero que cubria su pecho, la espada, los guantes, incluso el cabello... Todo seguia en su sitio.

Empezó a caminar con algo de dificultad, colocó una mano sobre una de las rocas y la sintió mas fria que nunca, y antiguas, muy antiguas. Se extrañó, aunque no penso mucho en eso, quizas al estar aturdida tenia esa sensacion. De repente un ruido ensordecedor, como si mil truenos sonasen de golpe, hizo que se diese la vuelta y alzase sus negros ojos al cielo, y ahí estaba, pasando por el cielo, una especie de ave metalica, la causante de ese ruido. Pero no era un dragón ni nada similar... Nunca antes habia visto eso. Pasó de largo y desapareció en la lejania, y entonces su mente empezó a funcionar... Un dragón, Drey... Intentó buscarlo en su mente, hablarle... Pero no habia respuesta, no habia nada, nada que lo atase a el, y sintió como se derrumbaba.

Apoyó la cabeza en la fria piedra y cerró los ojos... ¿Que es lo que habia ocurrido? Volvió a preguntarse... Por pirmera vez en mucho tiempo tuvo de nuevo la sensación de sentirse completamente perdida...

Tuvo que parar el papeleo para abrir su negocio porque el chapuzas que le había falsificado los papeles se había olvidado de ciertos detalles… por eso se encontraba de nuevo en escocia, porque ella había pagado por una nueva identidad y aquel chapuzas le había dado cualquier cosa olvidándose de datos tan importantes como el certificado de nacimiento… en fin tenia dos días para visitar escocia ya que hasta entonces no lo tendría todo solucionado.

Por la mañana fue a “barret´s” una tienda que se encontraba a un par de horas de allí, allí había visto un fantástico vestido del que se había encaprichado y acabó comprándoselo, aquel vestido lo llevaría el dia que por fin pudiera inaugurar su local musical. Al salir de la tienda se sentó en el coche y sin pensar a donde se dirigía acabo en Alborath el lugar donde se crió, atravesó el poblado y se dirigió hacia el norte de Alborath subiendo por un camino hacia la cima de la montaña, mientras subía el castillo de los Keltar empezaba a aparecer entre los árboles y a su lado, justo en el descampado que había antes de entrar al castillo… las rocas, paró el motor y se quedo dentro del coche contemplándolas fijamente, si no le hubiesen arrebatado su poder ahora mismo las encendería para poder volver a casa… bueno a ese lugar al que consideró su hogar durante algo mas de un año…

De pronto, en el centro del circulo de roscas apareció un remolino de aire y arena, en el medio un pequeño punto de luz empezó a formarse volviéndose cada vez mas grande y mas cegadora… entre la luz le pareció ver caer una silueta…

- Por Dana, que esto sea un sueño… cuanta gente conoce el secreto que guardan estas piedras?

Cuando la luz se fue apagando abrió la puerta del coche y bajó, tras cerrar el coche empezó a caminar hasta acercarse a las rocas sin pasar por ellas… alguien se encontraba en el centro…

- Erinea?

La mujer seguia ahí, con la cabeza apoyada en una de las rocas, sujetandose a esta con ambas manos, como si desease que al abrir los ojos todo volviese a la normalidad. A lo lejos escucho ruido, era algo que tampoco habia oido nunca... Y ese olor... Era desagradable, en su tierra no olia así, el aire estaba contaminado, tanto que casi le costaba respirar.

Abrió lentamente sus negros ojos y separó la cabeza de la roca, habia alguien mas ahí y su presencia le era conocida... No podia ser, todo ese tiempo separadas, sin sentir nada la una de la otra, ¿era por que ella estaba ahi?... -Melwyn...?- Dijo, con esa voz suave, pero neutral, que la caracterizaba. Miró tras la roca y ahi la vio, mirandola sorprendida... -¿Puedes decirme donde me han mandado las rocas? No siento a Drey, no me gusta este aire, ni el ruido, ni esa niebla... ¿Donde estoy...?-

Empezó a caminar hacia Melwyn, lentamente, sin dejar de tocar la roca, como si ese sitio la mantuviese aun atada a su hogar, cuando retiró la mano de la fria superficie fue consciente de que no habia marcha atrás, solo podria regresar y las utilizaba, y por lo que podia sentir ahora estaban selladas, y no sabia cuando se volverian a abrir.

Colocó una mano sobre la empuñadura de su espada, dejandola reposar ahí, un gesto muy comun en ella, y sus ojos negros se fijaron en los de Melwyn, tambien oscuros como la noche, esperando respuestas...

No había duda era ella, que hacia allí? Porque había utilizado las piedras? Le habría ocurrido algo a Drey? Caminó hacia ella despacio mirándola como si no creyese lo que estaba viendo…

- Estas en el siglo veintiuno, el lugar donde yo nací, donde me crié donde ya no tengo nada…

No, no tenia nada, pero no solo en escocia, sino en ningún mundo; nada le quedaba ni Drey, ni Erinea a la cual aunque tenia delante había pasado tanto tiempo que ninguna sabia donde había ido a parar su amistad, ni Sally… solo aquella sobrina que acababa de conocer y con la que no simpatizaba mucho. Se paró frente a ella, durante largo rato la miró en silencio hasta que se decidió a hablar para romper aquel silencio que había siempre entre ellas desde lo ocurrido…

- Vamonos Erinea abre estas malditas piedras y vamonos a casa, me han dejado sin poderes, tengo una irritable sobrina, aquí todo esta al revés, este es un mundo que ni te gustaría ni comprenderías…

No aquel no era un mundo en el que Erinea alguien que se había criado en el medievo pudiera vivir, ella no comprendería nada de lo que viera por allí y aun que tenia suerte y no había aparecido en medio de una cuidad o dentro de algún museo, puesto que lo que parecía era que alguien la había mandado allí ya que ni siquiera sabia donde se encontraba. Malditos bastardos aquellos que se creían que por ser de sangre pura podían jugar con ellas a enviarlas a través del tiempo y de los mundos, dándoles poderes para después arrebatárselos…

Se llevó las manos a la cabeza y cerró los ojos con fuerza, bajando la cabeza, estaba tan desconcertada... ¿Siglo veintiuno? ¿qué pintaba ella ahí? Nunca se había sentido tan perdida... Alzó el rostro, mirando de nuevo a los ojos de Melwyn y lentamente negó con la cabeza... -Melwyn... Me encantaría regresar, pero no se como hacerlo. -guardó silencio y trató de hacer memoria...- Yo... Paseaba cerca de las rocas donde nos conocimos, estaba recordando... Cuando te ayudé a adaptarte a mi época, te enseñé lo que yo sabia hacer, y sin darme cuenta, perdida en mis recuerdos, terminé en mitad de las rocas y de repente empecé a sentir frío. Sabia lo que estaba ocurriendo y quise salir del centro, pero las rocas estaban unidas por una barrera invisible y no pude salir. Todo empezó a temblar, todo fue muy raro y aparecí aquí...-

Sus negros ojos recorrieron todo cuanto podían ver. Un castillo derruido, falta de vegetación, su parte elfica no soportaría eso mucho tiempo, o se acostumbraba a ello o se volvería loca, y eso ultimo no era aconsejable...

-Créeme que si pudiera me marcharía de esta época moribunda y regresaría a los bosques llenos de vida... -Se pasó una mano por la falda, alisándosela... Miró la ropa de Melwyn, incluso eso había cambiado... -Ahora tendrás que ser tu la que me enseñe a mi ¿no? - Sonrió levemente, su sonrisa era fría, aunque al ir dirigida a Melwyn aun podía verse un toque de calidez...

Mientras Erinea hablaba, Melwyn negaba con la cabeza, no podía ser… no podían volver? Pero porque? Y ahora que harían? Tenia que enseñarle a vivir en aquella época hasta que encontrasen el modo de volver a casa?

- Si no puedes volverlas abrir, quieres decir que no tienes magia en este tiempo?

Si ninguna de las dos tenia magia en aquel tiempo, la cosa se complicaba; Erinea decía que solamente estaba pensando en el momento de cómo se conocieron y de su adaptación al mundo mágico, aquello no parecía tener sentido.

- antes de que las rocas se pusieran en marcha… cuanto tiempo había pasado desde nuestro distanciamiento?

Alzó las manos entrelazándolas detrás de la nuca y se giró para mirar el coche, después miró a Erinea… la vida era una ironía, hacia mas de un año Erinea le había enseñado a vivir rodeada de seres en los que ni de niña había creído y ahora le tocaba a ella enseñarle a vivir rodeada de maquinas…

- Al parecer he de devolverte el favor, espero ser paciente, tenemos dos días para introducirte en esta época y espero que después estés lo suficientemente mentalizada como para viajar…

Por el momento no menciono como viajarían, pero debían de volver a España allí tenia cosas que hacer.

La observaba mientras le hablaba, con esos ojos negros que parecían atravesar el alma... ¿sus poderes....? No había pensado en ello. Cerró los ojos y tomó aire, concentrándose, le costó encontrarlo, pero su parte elfica no había dejado que le sellasen los poderes, los tenia en el interior y de nuevo quisieron salir, una leve brisa sopló y Erinea sonrió con algo de alegría... -Siguen aquí! Mas débiles, pero puedo sentirlos!... Quizás si podremos regresar algún día, pero de momento no puedo, las rocas si están selladas...-

Guardó silencio, ¿cuánto hacia que no se veían? Hizo memoria, hacia mucho... - Hace cuatro años te marchaste del bosque y no volvimos a saber de ti... Quería arreglar las cosas contigo, y Drey te echaba mucho de menos, se odió a si mismo por tomar la decisión que tomó, todos esperábamos tu regreso, pero entonces he sido yo la que ha llegado aquí...- Se quedó pensativa...- Quizás por eso no pueda sentir a Drey, por que el no esta aquí...

Miró la maquina que había tras Melwyn, unos metros mas abajo y caminó un poco hacia ella... - ¿qué es eso?-

Bajo los brazos… “cuatro años” para ella solo había pasado medio año mientras que ellos habían pasado cuatro años; por un momento cerró los ojos… ahora no podría arreglar lo que había hecho, antes tenia pensado volver unas semanas después de su marcha pero ahora que Erinea estaba con ella no podría ser porque en el momento que ella quería volver había otra Erinea en el bosque y aquello podía crear una paradoja temporal. La fecha de vuelta debía de ser una semana después de la fecha de partida de Erinea, así ninguna de las dos correrían riesgos.


Volvió la vista hacia el coche alquilado un nissan Pathfinder

- Esto es un coche, aquí ya no se estila lo de ir montado a caballo o dragón… vamos te enseñare este mundo

Aunque en ningún momento le había dedicado una sonrisa se alegraba de verla, quizás así recuperasen la amistad perdida. Se giró hacia el coche y empezó a caminar hacia el esperando que Erinea le siguiese.

Erinea la siguió aunque no muy convencida... ¿cómo se suponía que se montaba en eso? ¿dónde estaban las riendas? ¿Y la boca?... Pasó la mano por la superficie de la maquina y un escalofrió recorrió su cuerpo... -Tu... Coche... Esta frió, ¿Se ha muerto?- La miraba con fijeza, con una ceja alzada. Después bajó la mirada y reparó en las rudas... -¿Esta agachado? ¿dónde tiene las pezuñas?- Se sentía realmente estupida haciendo esas preguntas, pero si no preguntaba no aprendería nada...

-Cuéntame lo esencial para vivir aquí, que hay que saber, dime que es lo que hay que hacer... -Seguía mirándola fijamente, realmente parecía preocupada, hasta que no se adaptase no seria la Erinea segura de si misma que Melwyn conocía... -¿Hay razas diferentes? ¿Y las armas? ¿Aun hay guerras?-

Al llegar al coche se apoyó en el capó mientras observaba como Erinea caminaba hacia allí no muy convencida… se acercó lo tocó como si de un caballo que debes convencer para dejarte subir se tratase, después hizo una pregunta un tanto estupida… que si el coche estaba muerto? Pero no veía que no era un animal?

- Un coche no es un ser vivo, es tecnología y sirve para viajar…- ante la siguiente pregunta Melwyn ya no pudo evitar el soltar una carcajada “pezuñas?” – Son ruedas… digamos que este trasto es un carro que no necesita de un caballo.

Se acercó al lado del co-piloto y abrió la puerta, esperando que erinea entrase…

- sobre lo de las razas, no estoy segura… si hay seres distintos a los humanos están bien escondidos. Sobre las armas y las guerras… aquí las armas son de fuego y los soldados no luchan cuerpo a cuerpo como se hacia tiempo atrás…

Esperaba que aquella explicación le bastase por el momento, al menos hasta que pusiera el coche en marcha…

- Sube y de camino te contaré todo lo que desees saber…

La miró con cara de estupida, que era como se sentia en ese momento... ¿Un carro tirado sin caballos? ¿entonces como avanzaba?. Melwyn le abrió la puerta y ella palpó el asiento antes de entrar, lo hizo con cuidado y entró lentamente, se tuvo que sacar la espada del cinturon y dejarla a un lado... Esperó que Melwyn subiese para hablarle.

-Creo que si hay mas razas... Se sienten si te concentras, hay oscuridad y los elementos necesarios para la existencia de razas a parte de las nuestras, aunque aquí, para ellos, quizas sean tan solo leyendas, como los humanos de mi epoca, que no saben si los elfos, las hadas y los demas seres "fantasticos" existimos... -Por un momento pareció que comprendia completamente esa tierra, aunque después, fue a sacar la mano por la ventanilla y se dio contra el cristal... -Maldita sea, estos cristales casi no se ven...- Dijo, resignada.

Miró a Melwyn y dejó ir un pesado suspiro. De repente otra ave metalica surcó el cielo y ella no pudo reprimir otra pregunta... -¿Que son esas bestias? ¿Tambien son tecnologia y llevan personas en su interior? - La miró con curiosidad, la misma curiosidad que tiene un niño al descubrir algo nuevo...

Reprimió una sonrisa al ver la cara de Erinea mientras examinaba el asiento antes de entrar en el todo terreno, una vez Erinea estuvo lista para entrar y se sentó en su asiento Melwyn cerró su puerta y rodeó el coche para sentarse en el asiento del conductor, mientras ponía la llave para arrancar el coche Erinea empezó a decirle que ella creía que habían mas seres por allí, quizás tuviera razón…

- Quizás los haya pero yo no los siento, no tengo mis poderes y apenas siento mi parte tuatha desde que volvieron a atarme los poderes.

Cuando Erinea se dio un golpe con el cristal al intentar sacar la mano, Melwyn bajó la ventanilla dándole al interruptor que había entre los dos asientos.

- Al menos no te has dado en la cabeza…

Algo fuera llamó la atención de la semi elfa, miró hacia fuera para ver que era a lo que se refería y lo que miraba con tanta curiosidad.

- Es un avión, y ya que preguntas por el… si, dentro viajan personas y en dos días tu y yo estaremos dentro de uno.

Se inclinó hacia Erinea cogiendo el cinturón de seguridad y colocándoselo, después hizo lo mismo con el de ella y arrancó el coche.

- Se llama cinturón de seguridad y es por si tenemos un accidente, así sufriremos menos daños…

Le aclaró mientras echaba marcha atrás para colocar el coche nuevamente en el camino… después empezaron a bajar la montaña en dirección a Alborath.

Sus negros ojos se perdieron en el paisaje cuando el coche empezó a moverse. Apoyó el codo en el borde de la ventanilla y después reposó la cabeza sobre la mano, su largo cabello ocultó su mirada, la cual reflejaba la gran añoranza que sentia por su tierra, por su granja... Y lo mucho que ya estaba echando de menos a Circenn. Deslizó la mano lentamente por su rostro, ocultando sus negros ojos y después tomó aire...

-Necesitaré ropa, y algo para ocultar mis rasgos elficos... No se cual es la moda aqui, pero seguramente no se lleve el cuero ni las telas naturales ¿No es así? - Le dijo, mirandola significativamente, tenia los ojos enrojecidos, igual que la punta de la nariz. Nunca antes se la habia visto así, al borde de la desesperación, con las lágrimas asomando por sus ojos, esos frios ojos que nunca mostraban sus sentimientos, y ahora decian mas que cualquier palabra.

Se la quedó mirando un rato mas y después miró de nuevo hacia la ventana a la vez que tomaba aire y lo dejaba ir en un pesado suspiro, resginandose, sabiendo que iba a ser muy duro convivir con las gentes de esa epoca...

La miró de reojo un par de veces, sabia lo duro que seria para ella convivir en aquel lugar pero no le quedaba otra que adaptarse y vivir allí hasta encontrar la forma de volver. Cuando Erinea le habló de sus ropas la miró por encima y después echó un leve vistazo a su propia ropa, unos tejanos desgastados y una camiseta negra de algodón…

- ya había pensado en eso, de camino al hotel pararemos a comprarte ropa – giró su rostro para mirar las orejas elficas de Erinea… - en publico deberás de llevar el pelo suelto de manera que tapes tus orejas…

Casi estaban saliendo de Alborath cuando Melwyn fue frenando el coche y lo aparcó a un lado de la carretera después se giró hacia Erinea…

- Aquí ya no me llamo Melwyn, he buscado un nuevo nombre… en este lugar ahora me conocen como Melisa MacKenna, y ha quien me pregunta sobre mi pasado le digo que soy huérfana y que me crié en un orfanato… Tú también necesitaras un falso nombre, un falso pasado y documentos para poder viajar…

Mientras pensaba en algún pasado para Erinea se quitó el cinturón para poder buscar su bolso que se encontraba en el asiento trasero del coche, una vez lo tuvo en la mano saco de el su teléfono móvil, tenia que llamar a su contacto para que le hiciera un pasaporte a Erinea porque sino no podrían viajar en dos días…

Por lo general siempre solia llevar el pelo suelto, pero ahora estaba obligada a no recogerselo, ni a pasarse una mano por encima de el, una mania que tenia, ni tampoco podria apartarse los mechones de su cara tras las orejas, por que la dejaria a la vista. Dejó ir otro pesado suspiro y miró a Melwyn cuando esta frenó el coche...

-Intentaré llamarte por tu nombre falso, pero en privado seguiras siendo Melwyn, aunque no me pidas muchas cosas de golpe, esta no es mi tierra ni mi tiempo... No se que voy ha hacer aqui... -Su voz se ahogó en el silencio y cerró los ojos, conteniendo las lágrimas, no queria romper a llorar, su vida siempre habia estado llena de problemas y solia salir airosa de ellos, o al menos de la gran parte de ellos...

-Maldita sea, siempre tienen esa dichosa mania de hacernos desaparecer sin poder despedirnos de nadie... La granja se ha quedado sola con Circenn, Sally y Chris... Y Drey si le apetece ir... ¿Que les contaremos cuando regresemos? ¿Que nos tomamos unas vacaciones?... No podemos contarles la verdad...-

Guardó silencio de nuevo, pensando en una nueva indentidad... ¿Que nombre se pondria? Ella solo conocia nombres de su tiempo... -¿Como podria llamarme? - Le dijo, mirandola...

El teléfono móvil se le resbaló de las manos… “Y Drey si le apetece ir...” cuando ella se fue Drey vivía allí, esque ya se había vuelto a las montañas? Tenia ganas de preguntarle por Drey, pero se contuvo. Entendía perfectamente la sensación que Erinea tenia en su interior, en primer lugar se encontraba en un mundo desconocido para ella y difícil de comprender, en segundo lugar pero no por ello menos importante, el miedo a lo que circenn estuviese pasando en aquel momento, pensando en que quizás ella lo había abandonado o que tal vez le hubiera pasado algo…

- Vas a tener que explicarle a Circenn que es lo que eres en realidad.

Lo mas probable fuera que el ya supiera que no se trataba de una elfa normal. Pasó su mano por el volante mientras volvía a pensar en Drey, allí estaba ella dando consejos sentimentales cuando en realidad era quien mas los necesitaba…

- Tenia pensado volver poco después de mi partida, pero ahora que estas tu aquí y que allí han pasado cuatro años mientras que para mi solo ha pasado medio, tendremos que volver mas o menos una semana después de tu desaparición... perfectamente podrás decir que viniste en mi busca para hacerme regresar.

Se hizo un silencio en el que mientras Melwyn pensaba en un nombre para Erinea, mantenía sus manos apoyadas en el volante golpeándolo con los dedos.

- Erica? Así tú podrías seguir llamándome Mel y yo a tu Eri…

Se cubrió de nuevo la cara con las manos, no entendia por que le pasaba eso a ella, para una vez que su vida parecia tomar un buen camino, que habia encontrado a un buen hombre y quizas pudiese formar una familia todo se le iba de las manos, esfumandose sus sueños ante sus ojos atonitos, sin poder hacer nada...

-¿Y si no logramos regresar nunca? Las piedras las abren cuando a ellos les apetece, y si me han mandado aqui seguramente no será para hacerme volver mañana...-

La miró, en silencio, mientras Mewlyn tambien guerdaba silencio... Su rostro por un momento pareció un libro abierto, y Erinea supo lo que le pasaba por la cabeza. Para ella medio año, para Drey cuatro años...

-Drey te esperó durante dos años, queria hablar contigo, decirte lo mucho que te queria y que no queria perderte por culpa de lo que eras... El te ama tal y como eres, pero no pudo aguantar mas en el bosque y se marchó, pero no se fue a las montañas, se fue en tu busqueda, en busca de respuestas... Yo le advertí que no te encontraria en ese mundo, y me dijo que aguantaria vivo hasta encontrarte... Pero no se si el sigue vivo en esta epoca, o si esta en este plano...-

Miró al frente y suspiró... -Erica no esta mal...-

- Encontraremos la forma de volver…

Al parecer tenia escrito en su cara que necesitaba saber que fue de Drey y Erinea empezó a hablar sin necesidad de que Melwyn formulase alguna pregunta. Cerró sus manos en el volante de tal forma que los nudillos de sus dedos quedaron sin color, toda la situación se le había escapado de las manos, todo por seguir sus impulsos… malditos impulsos.

- No creo que Drey se encuentre en este plano, de ser así tu lo sentirías… si el está aquí lo encontraremos y después volveremos a casa, sino… de todas formas encontraremos la forma de volver.

Tarde o temprano encontraría la forma de poder abrir las rocas, alguna vez su padre cedería ante sus intentos… solo necesitaba algo con lo que chantajearle, quizás la clave estaba en su sobrina. Cogió nuevamente el teléfono móvil y abrió la puerta del coche…

- Espérame aquí voy a hacer una llamada.

Salió del coche antes de que Erinea pudiera preguntarle a que se refería, cerró la puerta y empezó a marcar el numero de teléfono de aquel que le había falsificado a ella la identidad, la conversación duró unos quince minutos, quince minutos en los que mientras discutía con el hombre el tiempo que tenia para arreglar los papeles de Erinea, caminaba nerviosamente alrededor del coche … Dia y medio o hacia una llamada a la policía dando el chivatazo, el hombre cedió y le dijo que lo intentaría; una vez colgado el teléfono volvió al coche.

- Ahora vamos a buscarte ropa…

Le dijo mientras se colocaba el cinturón de seguridad y volvía a poner el coche en marcha.

Antes de que ella pudiese decirle nada o darle alguna opinion Melwyn ya se habia bajado del coche y se habia puesto ha hablar con un extraño aparato pequeño. Erinea no entendia nada, ¿Como podia hablar por ahi con eso? Buscó la forma de salir del coche, pero para empezar no sabia ni como librarse del cinturon de seguridad, intentó habrir la puerta, pero tan solo logró que los retrovisores se moviesen... La mujer alzó una ceja y se cruzo de brazos, resoplando.

El tiempo en el que Melwyn estuvo hablando por telefono se le hizo eterno, buscó algo que calculase el tiempo que ella habia estado hablando, pero nada parecia tener sentido en ese mundo... Pensandolo bien nada en su vida habia tenido sentido nunca.

Al fin Melwyn entró de nuevo en el coche y Erinea dirijió la mirada hacia el retrovisor, el cual reflejaba el suelo... Mel le comentó que ahora irian a por ropa para ella... -Bien, vayamos a la costurera entonces... ¿Cuanto tardaran en tener lista mi ropa?- La miró fijamente, convencida de que al menos tardarian entre dos o tres dias...

Sonrió ante la absurda idea de tener que esperar a que una costurera acabase de hacer el ajuar de Erinea… en nada estarían en aquella tienda de dos plantas en la que vendían ropa de hombre, mujer y niños… y la ropa interior, que cara pondría Erinea al ver los sujetadores? O los tangas?

- En este mundo existen costureras, pero las cosas funcionan distinto… enseguida entenderás a que me estoy refiriendo.

Conducio en silencio el resto del camino; el tener a Erinea allí no solo afectaría el tiempo de regreso, sino que mientras le enseñase a sobrevivir en aquel mundo le retrasaría en la apertura de su local y lo mas importante los estudios de las copias de los libros antiguos, libros como: Los tres primeros tomos de Manannan, el libro de Leinter, el libro de la vaca parda y el de las invasiones de Irlanda; todos ellos con historias referente a Irlanda y los Tuatha de Danann… tenia la esperanza de encontrar en ellos la solución a sus problemas o al menos una pista que le guiase a hacia la solución. Al fondo empezaban a verse edificios, en nada habrían llegado a la tienda, ahora tocaba convencer a Erinea de que su espada no podia acompañarla al interior de la tienda.

– Ya casi hemos llegado, tendrás que dejar la espada en el coche.

-Ah... -Le dijo, como si le diese la razón a un tonto- Bueno, entonces esperemos que las telas sean de buena calidad...- Le sonrió levemente y justo cuando iba a tomar la espada Melwyn le dijo que seria mejor dejarla en el coche...

La miró de reojo un momento y después tomó aire. Se quito la capa y con ella cubrió la espada, en todas las epocas habian ladrones, y no le apetecia regresar y encontrarse a alguien calcinado en el suelo... -No me importa dejarla, pero dudo que hayan muchas espadas como esta por aquí, y para mi es algo con mucho valor...-

Esperó a que Melwyn detuviese el coche en una gran sala donde habian muchos mas coches aparcados, incluso vehiculos que parecian caballos, con dos ruedas, y la gente montaba sobre ellos con yelmos redondos... Tendrian que ser incomodos. Miró a Melwyn con cara de suplica, como si le dijese mentalmente..."Sueltame de aqui y abreme la puerta que yo no se..."

Se acarició el cabello y ocultó sus puntiagudas orejas tras este, al menos no tenia las orejas tan grandes como otros elfos y podia pasar mas desapercivida...

El parking estaba casi completo, después de parar el motor del coche desabrochó su cinturón y despues el de Erinea, cogió la espada ya envuelta y salió del coche en dirección al maletero donde la guardo en el interior y después caminó hacia la puerta de Erinea.

– tranquila tu espada está a salvo aquí dentro…

Cuando bajó del coche cerro la puerta y puso la alarma, caminaron en dirección al ascensor. Mientras pensaba en como explicarle lo que era un ascensor suspiró; antes de llegar a los ascensores pasaron por la zona de las motos, habia visto la cara de Erinea antes al verlas así que le informó sobre ellas…

- Esto se llama motocicleta, es otro medio de transporte… tiene sus ventajas y desventajas, si llueve te mojas pero puedes viajar mas rápido que con el coche porque es mas practico adelantar con ellas.

Llegaron a la pared donde se encontraban los dos ascensores Melwyn presionó el boton para que se abriera la puerta y mientras esperaba que el ascensor llegase le explico a Erinea que era aquello en lo que se iban a subir.

– Ahora estas puertas se abrirán y aparecerá un pequeño … mmmm… una sala pequeña de metal y con espejos pero sin ninguna otra puerta, tendremos que entrar y al entrar las puertas se cerrarán y subiremos a la planta superior para mirar tu ropa, Confía en mi, no pasará nada.
Las puertas se abrieron y melwyn entró en el ascensor, una vez dentro se giró para comprobar que Erinea le seguía.

Siguió a Melwyn sin perderla de vista. Confiaba en que su espada estuviese a buen recaudo encerrada en la parte trasera del coche. Al pasar cerca de las motos no pudo evitar pasar la mano por encima de una de ellas, la superficie era completamente lisa, aunque tambien era fria. Al tocarla un joven con un casco en la mano se le acercó y miró a Erinea con cara de pocos amigos. La semielfa alzó una ceja y siguió caminando tras Melwyn, no comprendia por que habia tan poca confianza en esa epoca. En su epoca podian acariciar a su yegua que no pasaba nada, al no ser que el animal no se dejase acariciar, claro...

Se detuvieron frente a una especie de puertas metalicas, y Melwyn apretó un circulo que se encendió... Ella le explicó lo que era un ascensor y al poco se abrieron las puertas. Era algo demasiado pequeño. Melwyn entró primero, tras Erinea habian dos personas mas, parecian una pareja de jovenes felizmente enamorados... Tras pensarselo un rato al fin entró en la sala pequeña llena de espejos y se colocó al lado de Melwyn, mirando a la pareja, los cuales no le quitaban los ojos de encima, primero le miraban la ropa, despues el pelo y por ultimo los ojos, pero esto ultimo casi con miedo. Ella les sostenia la mirada, en silencio...