La Puerta de Brandemburgo

La gente iba y venia a esas horas del dia, cargados con bolsas de compras, haciendo recados, trabajando o simplemente dando un paseo. Las calles estaban humedas, no hacia mucho habia acabado de llover.

Justo encima de la gran Puerta reposaba una sombra, una leve silueta que los ojos humanos no verian a simple vista. Seguro que saldria en la mayoria de las fotos que se harian los turistas frente a ese lugar y la considerarian algo paranormal, un alma o un espiritu... Sus dorados ojos lo observaban todo con curiosidad, aunque no comprendia del todo a los humanos... ¿Por que tenian tanta prisa en hacerlo todo? Ellos eran conscientes de que eran mortales, entonces ¿Por que correr?... Quizas era esa la razón, no tenian tiempo que perder.

Dejó ir un bufido, habia decido alejarse de España y de todo lo que ahi acontecia, no le apetecia estar entre un dilema, necesitaba un respiro, y esperaba que ahí ni Errtu, su padre, ni Richard, la encontrasen. A este ultimo, al saber que sabia cuando mentia, no le habia dicho nada, simplemente se habia esfumado a algun lugar, sin pensar siquiera donde iba.

Su espalda se apoyó en una de las figuras de bronce, ahora desgastadas por el tiempo, y sintió el frio de esta recorrer su cuerpo, pero no le importó, era agradable estar ahí arriba, se disfrutaba de tranquilidad y sabia que nadie la molestaria, no al menos alguien normal, quizas otro ser que pudiese verla, alguien opuesto a su condicion, un angel o un enviado del Señor decidiese ir a molestarla... Quizas fuese divertido... Pensó, dibujando una media sonrisa en sus labios y cerrando los ojos, relajandose...

Una mujer paseaba por la plaza. Llevaba un perrito caliente en una mano. Su cabello era largo y rubio, llevaba una gorra de visera, de corte militar, de color negro. Tambien llevaba un rojo bikini y una minifalda negra. Paseaba por entre la gente sin importarle mucho los demas.

Finalmente se apoyo en una columna de la puerta de Brademburgo. Se sento a acabar de comer su perrito caliente. Mientras examinaba los alrededores en busca de alguna heladeria. Las heladerias alemanas eran realmente buenas, y ademas eran baratas.

Aunque el dinero no era problema acababa de cobrar una venta de virus modificados para augmentar la voracidad de las langostas a unos terroristas Nubios. Miro hacia arriba.

Un poco mas y se le cae el perrito, habia una mujer alli. ¿O seria solo una sombra?

-No debi tomarme esa infusion.

Por un momento el cuerpo de Suleea se evaporó en sombras y volvió a aparecer, aunque la gente normal seguiria sin ver eso. Se estaba bien ahí, pero era aburrido ver todo el rato a las mismas personas dandose empujones, corriendo de un lado a otro y haciendose fotos frente a la puerta. Sus dorados ojos seguian fijos en el cielo nublado, seguramente no tardaria en volver a llover, la humedad en el ambiente era delatadora.

Se pasó una mano por la cara y entonces notó como alguien fijaba sus ojos en ella. Miro a un lado y luego al otro, pero no habia nadie. Finalmente miró hacia abajo, asomandose por un borde, aunque no tenia miedo a caer, y encontes vió a una joven de cabello rubio y con ropas algo provocativas y sonrió de medio lado, parecia ser que alguien la habia descubierto, aunque de momento no se sentia en peligro.

Alzó una mano, saludandola, mientras su cabello cubria parte de su rostro, después se volvió a sentar bien, como si nada, disfrutando de su momento en soledad...

Decididamente se debia tratar de de una alucinacion. Una alucinacion con forma de mujer le estaba saludando desde la puerta de Bradenburgo. Se movio, paseando por la plaza.

En una callejuela lateral habia una farmacia. Entro, compro una caja de iboprufeno y engullo un par de pastillas de 400 miligramos. Al poco su cabeza empezo a despejarse. Al lado de la farmacia habia una heladeria. Asi que tomo un cono de helado, stracciatela.

El sabor de la nata y los trozitos de chocolate la ayudaron a relajarse e ignorar esa extraña alucinacion que habia tenido.

Sonrió al ver como la perturvada joven que la habia visto se marchó en busca de un remedio contra su "alucinación"... Muchos de los que la veian en esas situaciones negaban la realidad y creian que no eran mas que imaginaciones, aunque a esa chica le haria ver que era tan real como ella...

Desapareció de encima de la puerta y reapareció en un callejón oculto de la vista de los demas, no muy lejos de la plaza central. Con pasos tranquilos llegó hasta la heladeria donde estaba la joven, y "sin quererlo" hizo chocar su hombro contra el de la rubia y le hizo tirar el helado que tan gustosa comia... -Lo siento... iba algo despistada...- Le habló con su voz susurrante, cargada de esa sensualidad tan natural en ella y que usaba tanto con hombres como mujeres... -Te compraré otro... ¿Era stracciatela...? - Sonrió de la misma forma que lo hizo cuando la saludó desde lo alto de la torre, el cabello castaño/rojizo cubria la mitad de su rostro...

Iba vestida con unos extraños pantalones negros que llevaban una faldilla por encima, corta y que caia de lado, entre los pantalones y la falda habia una separación, como si se tratasen de unos ligueros. Tambien llevaba una camisa negra abierta en su escote, mostrando una especie de sujetador metalico, aunque su estilo era del mas puro Visual, tipico en Japón...

(OffRol: Va con los pantalones que te enseñé el otro dia XD)

Lastima las bolas de helado con polvo y suciedad no eran de su agrado. La elfa miro a quien le habia dado el golpe. Era la mujer que le habia parecido ver encima de la puerta. Bueno, no era una alucinacion, las alucinaciones no daban codazos.

-Si stracciatela. Aunque mejor... compra de tarta de queso, en tarrina, se me han quitado las ganas de la nata. ¿Que hacias alli arriba? ¿Contemplar el paisaje?

La curiosidad cientifica se anteponia a cualquier temor que pudiera sentir. Desde luego no parecia estar hecha de agua asi que no seria problematico tratarla. La elfa se dirigio a un banco y se sento a la espera de la mujer, y de su helado.

Suleea la miró un momento mas, sin dejarle de sonreir de esa forma tan enigmatica. Se retiró el mechon que le cubria el ojo y se dio media vuelta para pedir dos helados, uno de tarta de queso y el otro de chocolate y menta, le gustaba mucho esa combinación. Le pagó al dependiente, el cual la miraba algo extrañado y después regresó junto a la elfa, se sentó a su lado y le ofreció el helado...

-Ahi arriba se esta mejor que aqui abajo, no hay empujones ni prisas, aunque en parte necesitaba un poco de tranquilidad, llevo unos días un tanto forzados para mi... Y para mi condición...

Se pasó una mano por el pelo y dejó ver ese extraño brazalete plateado con la gema roja en el centro, la cual emitió un leve brillo. También llevaba una gargantilla a juego. Era extraña...

La observó, como si la estuviese evaluando, estaba claro que habia visto lo que era Kaelha desde un principio, aunque no le dijo nada, simplemente se limitó a sonreirle de nuevo y despues lamió el helado... -¿Como te llamas? Mi nombre es Suleea... Un placer conocer a alguien que puede verme donde otros no me ven...-

La elfa observo la compra del helado. El de chocolate no se encontraba entre sus preferencias, le parecia demasiado poco dulce para ser un buen helado. No era comparable a un helado de manzana, o melon, mucho mas suaves en su sabor. El chocolate como nota de sabor estaba bien, siempre era bueno el helado de stracciatella, o el de vainilla con un poco de chocolate. Pero solo chocolate era demasiado pesado para ella. Aunque la menta... habia de reconocer que no lo habia probado con menta, quizas luego le pidiera un poco.

-¿Condicion?

La verdad es que olia un poco raro. En un principio penso que quizas seria la mania humana de no lavarse adecuadamente, pero estaba claro que ella estaba "limpia", asi que lo desestimo, olia como la magia humana hace mucho, poderosa, pero oscura y malevola. No se podia comparar al arte elfico del dominio de los vientos magicos.

-Mi nombre es Kaelha. Y tu nombre es casi tan raro como el mio, un placer.

-Así es, condición...- Le dijo, sonriendo, dejando ver sus blancos dientes y esos finos colmillos, afilados, aunque podia aparentar ser una vampira estaba mas que claro que no lo era, y si Kaelha era lista no le costaria comprender por que tenia ese aura tan oscura y dejaba ver la perversidad en su mirar...

-Bueno, aquí la gente me conoce mas bien como Sarah, es para no llamar la atención con un nombre tan... ¿Como dicen los humanos?... Ah, si, "exotico"...- Lamió el helado, para ella eso tan comun en los humanos era todo un placer, parte de la lujuria quizas.

-Tu eres diferente a las elfas, tienes algo extraño...- Le dijo, mirandola con intensidad. Su forma de hablar era como si se conociesen de toda la vida, aunque era la forma de hablar que tenia con todo el mundo, tanto conocido como desconocido, siempre era bueno dar un poco de confianza a la persona con la que hablaba, y ultimamente no encontraba a mucha gente que fuese capaz de verla estando metida en sus sombras, realmente tendria que ser alguien especial esa persona, o en todo caso una vidente, y la elfa no tenia mucha pinta de vidente...