Empieza la gira (1)

Sintió el movimiento de la cama cuando el se levanto, pero seguia sin mirarlo, no podia mirarlo a la cara... Pero cuando se sentó frente al ordenador lo miró de reojo, parecia ser que ya se iba recuperando, y eso hizo que una sonrisa apreciese levemente en los labios de la mujer, pero cuando vio que el se acercaba y se sentaba a su lado, pasando la mano por la espalda de ella, su cuerpo se tensó, y como acto instintivo su armadura reaccionó, empezando a espanderse...

-Lo siento Richard, pero será mejor que no me toques durante una temporada... Mi instinto me obliga a atacarte y hasta que no lo controle no se cuanto podré reprimirlo...- Con suavidad se levantó, mirandolo con esos ojos dorados que parecian brillar mas que nunca. Tenia los brazos cubiertos con la armadura, el pecho y las piernas, pero las nalgas y el escote estaban a la vista. Parecia una armadura diseñada exclusivamente para ella... retrocedió unos pasos, sin dejar de mirarlo... -Tengo que asimilar que tu y yo somos completamente opuestos, y que aunque me atraigas, siempre sentiré la tentación de arrancarte la piel a tiras...- Se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la amplia terraza que tenian en su habitacion, con pasos seguros de si misma, cargados de sensualidad...

Richard retira la mano. Y se sienta a su lado. Poco a poco deja que su luz angelical se apage por completo. Dejando afluir toda la oscuridad de su ser, rememorando todos y cada uno de los pecados que ha cometido. Su esencia es casi la de un demonio en esos instantes. Cada uno de sus poros rezuma oscuridad.

-No somos tan opuestos.

Se levanta y la sigue hasta la terraza. Toma una chaqueta de las que se habia comprado el. Y se la extiende por encima de los hombros a la mujer.

-Queria que lo supieras, nada mas. Hace tiempo que deje el camino de Dios. No cojas frio.

Extiende la chaqueta por encima de los hombros de ella. Vuelve a la habitacion y toma un violin. Vuelve instantes despues.

-¿Una cancion?

Wing Stock

Su cuerpo comienza a retorcerse siguiendo el ritmo frenetico de la musica. Sus sentidos se abstraen por completo en la cadencia casi magica de la cancion.

Apoyó los codos sobre la balustrada y se inclinó hacia adelante, marcando la curva de su espalda. Cuando el colocó su chaqueta sobre los hombros de ella lo miró un momento... -No necesito una chaqueta, no siento frio ni calor...- Lentamente tiró de la manga de la chaqueta, deslizandola sobre sus hombros, hasta quitarsela de encima, dejandola sobre una silla.

Se queda de espaldas a el, observando la ciudad, ahora iluminada, desde lo alto de la habitación... Después de todo lo acontecido ya era de noche, y la noche la calmaba. Le gustaba esa ciudad de noche, le daba un aspecto mas misterioso... Soplaba una suave brisa que hacia que su cabello flotase en el aire.

No le dijo nada, tan solo escuchó lo que el tocaba. Nunca le habia apasionado la musica, pero esa canción tenia algo especial, y Richard hacia que sonase de forma especial, magica... Cerró los ojos, buscando respuestas en su mente, pero no hayó mas que dilemas. Tomó aire cuando la cancion terminó y se dio media vuelta, apoyandose en la balustrada con la espalda y observando a Richard... -Segun lo que me han enseñado durante mi vida, tendria que matarte y comerte después... Pero por desgracia tu también me has ayudado esta tarde y me has dado tu sombra. Aun así, tu aun tienes las alas blancas y alma, tu luz aun es cegadora, y eso te hace insoportable a mis ojos, y mi instinto se quiere lanzar sobre tu cuerpo, pero yo no hago mas que reprimirlo... ¿Que crees que tendria que hacer...?- Se acerca un poco a el con pasos lentos, en su rostro hay marcadas dos lineas rojas que van desde los pomulos hasta la clavicula...

Richard mira a Suleea con una sonrisa. Se quita las gafas de sol, que lleva aun de noche. Con los ojos cerrados todavia se las coloca a ella en el rostro. Seguramente si tuviera los ojos abiertos constataria que le quedaban bien.

-Dime, ¿puedes ver mi alma?

Sonrie al abrir los ojos. Realmente le quedaban bien las gafas, tendria que conseguir un par para ella. Las habian hecho especialmente para el, cuyos ojos todo lo ven, para poder descansar entre los humanos, sin ver a cada paso sus almas.

-¿No? Me lo imaginaba.

Vuelve a cerrar los ojos, quizas su luz fuera como un faro para ella. Pero la luz de todas las almas de la ciudad le dejaban ciego. Vuelve dentro y se tira encima de la cama. Coje otro par de gafas de la mesilla y se las pone.

-Bueno, ahora que podemos hablar mirandonos a la cara, de nuevo. Creo que deberias quedarte conmigo. Acostumbrate a mi... Pronto ni te daras cuenta de mi olor.

Le tiende una mano para que se siente con el.

Se quita las gafas con desden y las deja sobre la mesita de noche mientras camina hacia el. Lo mira directamente a los ojos, sin que le moleste lo que ve, realmente no queria mirarlo por que su orgullo así se lo pedia, pero si el queria que se mirasen a la cara así lo harian... -No me subestimes, puedo ver mas cosas de las que puedas llegar a creer, ¿Acaso piensas que sabes ocultar bien tu luz? ¿Por que crees que acudí a ti?... - Guardó silencio un momento... Se acercó mas a la cama, colocando una rodilla sobre esta e inclinandose hacia adelante, quedando poco a poco sobre el... - Tus fans desprenden oscuridad, y mucha, y tu los iluminas, haciendo que proyecten aun mas las sombras... Y no sabes lo delicioso que resulta eso...-

Otra pierna encima de la cama y empieza a deslizarse por encima de el, pero sin tocarlo, se relame, como si estuviese a punto de darle un bocado al mejor de los manjares... -¿Crees que podré olvidar tu olor cuando es una de las cosas que mas me perturba...? - Baja el rostro lentamente, dejando que su largo cabello caiga sobre el pecho y la cara de Richard, sus labios van a parar al cuello de el, haciendo notar sus finos colmillos sobre la piel del cantante...

Una voz suena por detrás de ellos.

-Quizá ella no pueda olerte, pero yo sí... Apestas tío.

Un hombre los estaba mirando desde un rincón de la habitación. Estaba apoyado en la pared. Había pasado sin llamar, una costumbre. Tenía la boca torcida en una media sonrisa y un brillo pícaro en los ojos.

- No sé si interrumpo, pero da igual ¿No?

Al final, se mueve y se separa de la pared dirigiéndose a Richard.

- ¿Concubina nueva? -Pregunta, aunque ya sabe que no- Preséntamela.

Se queda de pie, delante de la cama, como si no pasara nada. Sigue sonriendo mientras los mira.

Richard responde calmadamente ante la impetuosidad de la mujer. Sus ojos se clavan en los suyos. Ve su alma, sus recuerdos, su futuro, sus miedos sus anhelos, lo que sabe, lo que quiere saber... todo.

-Esta bien. Las gafas... me ayudan a solventar mi vision, pense que quizas te ayudarian. No dudo de tu capacidad.

La acaricia suavemente mientras se pone a horcajadas sobre el. La estrecha contra su cuello, sin poder resistirse cuando siente el anhelo de ella.

-Ojala no lo ol...

Entonces alguien los interrumpe. Bueno, decir alguien no es demasiado adecuado. El ya sabe quien los ha interrumpido, maldito perro. Se gira a mirarlo. El siempre tan agradable.

-Hola, perro, ahora ya da igual. Es mi secretaria. Sarah, este es Hark, el gitarrista del grupo.

No hace ningun intento por moverse de debajo de la mujer. Es un buen sitio para estar.

Justo cuando habia conseguido acercarse a el de nuevo, cuando podia calmar sus ansias dandose un apetitoso festin de placer... Aparece alguien completamente desconocido para ella y los interrumpe, aunque no es que le importe mucho, la verdad. Lentamente separa sus labios del cuello de el, descubriendo la marca que ha dejado ahi, sonrie de medio lado y mira al joven que acaba de entrar, aunque aun esta agachada sobre Richard, tan solo ha ladeado el rostro, dejandolo casi cubierto por su cabello, tan solo se ven sus dorados ojos brillar...

-Soy Sarah, la nueva secretaria y acompañante del señor Kadrey, encantada...- Endereza la espalda y queda herguida, sobre Richard, al cual mira un instante para volver a mirar al joven, sin preocuparse mucho que pensará de ella. La armadura que cubria su cuerpo se habia ido replegando lentamente, dejando finos hilos plateados sobre la bronceada piel de la mujer, aunque esta se detuvo en el mismo momento que escuchó la voz del otro chico, ahora su armadura estaba reducida al minimo, cubriendo tan solo sus partes mas intimas. Lo observaba con curiosidad, sin decir nada mas...

Hark coge una silla que había cerca y se sienta en ella inclinandose hacia delante, con las piernas separadas. Como ha dicho que le da igual se queda, seguro que no molesta, aunque si lo hiciera le da igual, se hubiese quedado de todos modos.

-Secretaria... Si, tal vez me busque una... Ya me pasarás tu lista de requisitos tío -Dice dirigiéndose a Rich- Hark, a su servicio -Dice haciendo una floritura con el brazo que no le pega nada cuando se presenta la mujer- Supongo que estaríais repasando la laaarga lista de cosas que tiene que hacer Rich ¿No? Entre conciertos, firmas de discos... o quizá, como hacer desaparecer a esa interminable lista de fans... A uno lo vuelven loco

Aún sigue sonriendo. Al final se levanta y va al mueble bar y coge varias botellas, se vuelve hacia ellos que aún siguen tal y como los ha dejado. Uno pensaría que en cualquier momento continuarían lo que han dejado pendiente, al final se encoje de hombros y dice:

- ¿Te apetece lo de siempre?

Richard se acaricia el cuello. Al parecer la mujer le ha dado un buen mordisco, tiene un ligero hematoma rojizo. No hay sangre, asi que bueno, por lo menos no ha intentado comerselo, pero... era una sensacion agradable, eso hay que reconocerlo.

Se incorpora un poco. Besando a Suleea en los labios, al parecer se han reconciliado, de momento. Luego se gira hacia Hark.

-Si, estabamos hablando de contratar a un nuevo gitarrista.

Su tono es desenfadado y amistoso, se trata claramente de una broma. Luego sonrie y mira a su amigo, que se levanta hacia el mueble bar. Podria saquear el de su habitacion... Que luego eso hay que pagarlo. Bueno, lo pagaba la compañia.

-Vale, lo de siempre. Tres copas.

Se aparta un poco de la mujer. Jugando, luego se rinde y estira el brazo hasta la mesilla de noche. Da un tiron al telefono y este cae cerca de el. Descuelga y mira a los demas con gesto interrogativo.

-¿Que os apetece cenar?

La mujer guarda silencio, mirando a uno y al otro, aunque el beso que le da Richard no se lo esperaba. Retrocedió un poco y se quitó de encima de Richard al fin, cuando el tomó el telefono...

¿Que que le apetecia cenar...? Con la mirada se lo dijo todo, estaba claro que a el... Pero se resignó, dejando ir un resoplido... - Quiero carne cruda... - Se limitó a decir, con sequedad... Sentia que necesitaba desgarrar algo entre sus dientes, aunque fuese algo vulgar, tenia que hacerlo.

Quedó sentada justo enfrente de Hark, se cruzó de piernas y colocó las manos sobre los bordes de la cama, mirando con curiosidad al nuevo conocido... Desprendia algo que le llamaba mucho la atención, el tampoco era normal. Aun así se limitó a sonreirle con suavidad... - No se cuanto rato llevabas ahi, mirandonos, pero estabamos intentando terminar algo de la mejor manera posible... O quizas de la peor, todo se hubiese sabido si no hubieses llegado... - Le habló con una sonrisa en los labios, como si no le molestase que el estuviese ahi.

Hark comienza a preparar el coctel de siempre. El que mas les gustaba a ambos. Cuando termino, repartio los vasos uno a Rich, otro a Suleaa y otro se lo quedo para si mismo.

Se sento de nuevo en la silla donde estaba antes de levantarse, en la misma postura mientras de vez en cuando se echaba algun trago. Hark sonrio cuando se menciono la busqueda del nuevo guitarrista. ¡Qué cabrón! Como si puediese encontrar a otro que fuera mejor que el mismo...


-Pideme lo que quieras, me da igual.

Dijo cuando mencionaron pedir algo de cena. La verdad es que le gustaba todo aquello que fuera comestible. Al final se vuelve hacia Suleaa cuando esta le habla

-¡Ah! Pero nunca lo sabras... Hasta la proxima vez -dice guiñandola un ojo.- Diles que no tarden, tengo hambre tío

Haber si llega pronto la cena, que viendo a estos dos tortolos, uno iría corriendo al primer baño que encontrase. Cuando ve en el balcon unas luces que van y viene se asoma para ver a los lejos los reflejos de algunos fuegos artificiales. Mira a la Luna ya de paso y sonrie de medio lado.

Raziel levanta el telefono y comienza a marcar el numero de recepcion. Tras unos instantes pide una fuente de carne y una plancha. Tambien pide un poco de pan con tomate, tipico de la region, de queso y de fruta para acompañar. De postre decide pedir una tarta de queso, pues se la recomienda la recepcionista.

Luego cuelga. Toma el vaso y saborea el liquido verde, tequila, limon y menta. Mira a Hark en el balcon, siempre tan brabucon. En el fondo era como un niño, queriendo parecer extremadamente viril y masculino. Seguro que era culpa de su pelo rubio...

-Hark, no estamos en el ejercito. Deja de hacerte el macho, y cuantas veces he de repetirte que no eres mi sobrino, perro.

Al rato llega un hombre empujando un carrito con la comida. Se levanta a abrirlo y le da una ligera propina, por educacion.

Acerca la fuente a la cama y se vuelve a sentar. No hace falta llamar a Hark, el olor de la comida lo atrae con facilidad. Han cortado la carne muy fina, como si fuera papel de fumar, coloca la plancha sobre una bandeja y la enciende, poco a poco se calienta.

-Yo no suelo tomar carne cruda. Ademas, quedaria raro no usar la plancha, y quedaria mas raro pedir solo carne cruda.


Toma una rebanada de pan con un poco de carne y queso y se la lleva a los dientes.

De nuevo se quedó en silencio, aunque seguia todos los movimientos con sus ojos... Cuando Hark llenó el vaso que iba destinado a ella lo tomó con suavidad y se mojó los labios, saboreandolo, para después darle un buen trago, le hizo bien sentir algo de liquido deslizarse por su garganta.

No tardaron mucho en subir la cena, la carne la habian cortado tan fina que parecia carpaccio, ella lo habia comido alguna vez, pero preferia arrancar la carne ella misma, aun así se consoló con ello, opinaba que para algunos no seria bonito ver a una mujer desgarrar un buen pedazo de carne entre sus dientes.

Miró a Hark un momento... - Tranquilo, no creo que siempre tengas tanto tiempo libre como para estar entrometiendote...- Su sonrisa seguia fija en sus labios, incluso parecia que bromeaba, algo poco comun en ella, quizás realmente se sintiese comoda, sin preocupaciones de momento...

-Me gusta la carne así, usa tu la plancha si quieres...-Dijo, mientras tomaba un trozo de carne con dos dedos y se lo llevaba a la boca...

Al pasar por el lado de Suleaa, extiende la mano quitándola la carne y se la lleva a la boca.

- A mí también me gusta así. Aunque llevo tanto comiéndola cocinada, que ya me da igual como comerla.

Se quedó parado unos segundos delante de ella permitiendola ver como su cara se encendía con algún comentario proximo a hacer. No se hace esperar.

- No sabes tu la cantidad de tiempo libre que tengo... ¡Lo pasaremos bien los tres juntos, ya lo veras!-Sonrie encantado con su ocurrencia-

Se acerca a donde está Rich y le da una palmada en la espalda.

- ¡Qué dices alitas! prefiero ser como soy y no estar siempre pegado a las faldas de las mujeres... -coge un pedazo de pan y lo da un mordisco mientras deja que se haga la carne que al estar partida en lonchas tan finas, al segundo ya están listas- Qué bien sabe la comida... Aunque ya podrias haber especificado el tamaño tio

Vuelve a llamarlo tio, diga lo que le diga es una costumbre que tardara en quitarsele si este quiere quitarsela, claro esta.

- Bueno qué, contadme que planes teneis.

Si es que tienen alguno piensa mientras comiendo. Sigue cogiendo carne. Pan. Coge Queso. Más carne. Otro cacho de pan. Más Queso. Al final coge su bebida y se echa un buen trago para después dejar escapar un suspiro de satisfacción. Se aleja de la plancha y se sienta de nuevo en la silla dispuesto a dejar que repose la comida.

Richard sigue haciendo la carne a la plancha, levemente sangrante, pero no le apasiona la carne cruda. Le va dando mordisquitos y de vez en cuando toma tambien alguna uva o algun gajo de naranja.

Cuando Hark le quita la comida a la mujer no puede evitar reir. Siempre tan... suyo... quizas seria adecuado decir suicida. Pero no, lo que es es un irresponsable. Pero en el fondo es un trozo de pan.

-Sarah, creeme, cuando te acostumbres a sus bromas comenzaras a tomarle cariño. Hasta entonces...

Coje una loncha de carne cruda con sus dedos y se la acerca a la mujer, hacia los labios. A ver si asi puede evitar que rueden cabezas. Dira que no le gustan las mujeres, demasiado, pero

-Bueno... el concierto es pasado mañana. Podriamos buscar algo de trabajo hasta entonces. Hacer algo de "ejercicio" no nos vendria mal.

La oscura personalidad del antiguo capo mafioso aflora en el angel caido. Siempre relaja una buena pelea.

Agranda los ojos al ver que Hark tiene tal confianza en robarle la comida. Se lo queda mirando y las marcas rojas de su rostro empiezan a marcarse mas, llegando hasta los ojos, como si se tratasen de dos largimas rojas como la sangre que se deslizaban por su rostro...

Por suerte, antes de que Suleea se lanzase al cuello de Hark, Richard supo reaccionar y le dio un trozo de carne el mismo en la boca de ella... La carne estaba ensangrentada, y la mano de Richard también, lo que hizo que la mujer rozase con sus colmillos los dedos que sujetaban el trozo de carne. Se relamió, limpiandose la sangre que le quedaba en la comisura de los labios, y al sentir la oscuridad que emanaba del cuerpo de Richard sitntió un gran alivio...

-Y... que es lo que sugieres...? -Dijo, casi en un ronroneo...

Los hombros de Hark se mueven, al final deja escapar una carcajada.

- Si, tendrá mucho tiempo para conocerme, estoy seguro.

Ni por un momento se creyó que su vida iba a ser amenazada por una mujer. Ni llegaría el caso. El siempre atento Rich, dispuesto a hacer lo que sea para que no haya peleas... Pero luego el las busca. En fin...

- Bueno, supongo que puedo contar con tu secretaria, ya que de momento yo no tengo

Comienza a rebuscar por los cajones y saca un blog, rebusca otro poco hasta que encuentra un boli que pinte y va caminando tranquilamente hacia la mujer hasta que ya esta a unos metros.

Suleea puede sentir como cae al lado suyo en la cama, primero; el cuaderno, segundo el boli.

-Ha dicho: quiero ejercicio, quiere decir que quiere pelea -sonrie maliciosamente- apunta por favor -dice evitando mostrar una sonrisa y ponerse serio fracasando estrepitosamente- uno.. ejem ejem, quiero que pongas las barreras mas lejos del escenario, dos... por favor que no dejen escaparse a esos fan locos... tres... Oye que si quieres darle pelea, yo me quedo aquí mirando como os matais.

Coge el bol con las uvas y se lanza a la cama poniendose comodo.

Hark parece anhelar la muerte a cada paso que da. Maldita luna nueva que le vio nacer. Los licantropos a veces son tan... intratables, les gusta meterse en la boca del lobo. Suleea es una persona muy orgullosa, bueno, ya puliran sus asperezas.

Rie un poco ante la broma. Coge el bloc, antes de que lo haga Suleea y comienza a echarle un vistazo.

-Vaya, pensaba que habria garabatos. ¿Ya has aprendido a escribir?

Se da media vuelta cayendo ligeramente sobre Suleea. Llevando una mano a acariciarle el cuello, y la nuca, con suavidad. Su mirada se vuelve picara. Baja lentamente la mano hasta la barbilla.

-Yo habia pensado en algo mas interesante... ¿Que te pareceria un combate? ¿Tu y yo? ¿En el tejado?

Sale corriendo a la terraza. Y dos de sus alas se extienden, oscuras en la noche.

-Nos vemos arriba.

Una vez en el tejado del hotel, mira a la calle. Se ve lejos... Hace unos cuantos estiramientos. El cuello cruje lentamente cuando hace girar la cabeza.

Finalmente adopta la postura de combate tradicional del Hokuto no Ken y mira hacia las sombras con una inmutable seriedad en el rostro.

De nuevo, si no hubiese sido por Richard, Suleea se habria lanzado al ataque. ¿Que pretendia Hark? ¿A caso queria alejarla de Richard? Después de lo que habian pasado esa misma tarde en la playa Richard y Suleea seria dificil separarlos, y si algo así ocurria sería por decision de ellos dos, o por que Suleea terminaria por atacar al mismo ángel... Y entonces fue cuando el la desafió a un combate y Suleea llegó a la conclusion de que ambos estaban locos, completamente locos...

Se estaba conteniendo demasiado y al final las cosas terminarian mal. Tomó aire, resignada, y se puso de pie. No miró a Hark, simplemente se envolvió en sus sombras, como si fuese vapor, y apareció en el tejado, a pocos metros de Richard. Observó la postura que habia tomado, reconocia ese estilo de lucha... Y por lo que parecia no tenia intención de usar ningun arma. Pero ella no haria lo mismo, su armadura era su arma y no podia desprenderse de ella, nunca lo haría y nunca sabria como hacerlo...

La gema roja que llevaba en el dorso de la mano derecha brilló, y poco a poco hilos de plata recorrieron su cuerpo, formando así la armadura que Richard ya conocia y sabia el dolor que podia causarle...

-No encuentro que sea una pelea justa, tu puedes verlo todo con esos ojos, sabrás como voy a moverme, incluso puede que copies algún ataque mio...- Le dijo, mirandole a los ojos... - Por lo tanto voy a usar mi arma como a mi me convenga, ya que tu usaras tu poder...-

La sonrisa de Richard es amplia y calida mira a Sarah con picardia. Poco a poco su brillante armadura recubre su bello cuerpo.

-Cariño, solo unos cuantos golpes, te vendra bien para descargar adrenalina.

Ante la mencion de sus ojos, su sonrisa desaparece. Lenta y seriamente se quita las gafas, apartandolas a un lado.

-Como quieras.

Entonces se mueve, es muy rapido, sus pasos dan amplios arcos sobre el suelo, pantandose a la izquierda de Suleea. El brazo izquierdo sale disparado hacia arriba trazando un circulo que intenta envolver el brazo de ella para sujetarlo firmemente. Pronto la pierna derecha de el esta estirada tras el cuerpo de la mujer para intentar evitar que Sarah se mueva hacia atras.

Off-rol: Vamos a probar esto de los dados XD.

Raziel ha efectuado 1 lanzada(s) de uno Batalla :

4

“Cariño”... Eso es lo que había dicho el, y ella se había enfurecido aun mas con esas palabras, odiaba esas palabras y de nuevo sentía el odio hacia el, era un ángel, ella lo creía natural... Parecía que aceptaba lo que era y quien era el y como tendría que tratarlo a partir de entonces. No mas noches a su lado, no mas cariño, tan solo cumpliría el acuerdo, ella se alimentaría de la oscuridad de sus fans y no los dañaría.

Lo observó fijamente y el se dispuso a atacarla, era rápido, cosa que ella detestaba ya que los que eran rápidos solían intentar aturdir al enemigo y nunca atacaban de frente, algo odioso... De repente lo vio a su lado y la agarró por un brazo, Suleea sonrió al sentir su contacto y la armadura reaccionó, atrapando la mano de el entre sus hilos metálicos...

Richard ya había probado la armadura de ella y sabia el dolor que podía llegar a causarle. Si el la empujaba para caer, caerían los dos, y Suleea no tardaría en sacar a relucir sus espinas, como si de filos de espada bien afilados se tratasen...

-No me subestimes...- Fue lo único que le dijo, mirándole a los ojos, sin temor a que leyese sus pensamientos, pues en su interior tan solo había odio...

El miembro 'Suleea' ha efectuado la acción siguiente: Partida de dados

'Batalla' : 6, 3, 5, 3, 6

Off. Cuanto dado XD.

Richard mueve con fuerza el brazo hacia abajo, en un movimiento de tiron, no le apasionan las espinas de la armadura, y realmente le gusta su brazo donde esta. Da una voltereta girando gracilmente todo su cuerpo en el aire, dislocandose el codo en el proceso... y mordiendose el labio para no dejar escapar un grito de dolor. Sus piernas se situan cerca del cuello de ella. Y esta vez da un potente tiron.

-Nunca te he subestimado. Suleea, como mejor se conoce a alguien, es peleando con el y contra el. Queria que nos conocieramos.

Puede ver el odio en su interior. Pero tambien cree ver lo que queda de la conversacion en la habitacion, o de cuando estuvieron en la playa, o incluso de la primera noche que se conocieron.

El tiron se hace algo mas suave al llevarse una mano a la sien. Un fuerte dolor de cabeza comienza a adueñarse de el... ¿Por que ahora?

No quiere seguir con esa tontería, cuando ella pelea contra alguien lo hace a muerte, y de momento no quiere ver el cadáver de Richard en todas las noticias o diarios. Sabe que Richard se ha dislocado el hombro por que la mano que ella le tiene sujeta con el metal la tiene completamente inmovilizada. Suelta la mano, el dolor será suficiente como para que no haga fuerza...

El le da un tirón pero ella se limita a desaparecer entre las sombras, reapareciendo unos metros mas alejada, observándolo como queda en el aire, en una postura un tanto extraña...

-No me gusta luchar por luchar, si lo hago es a muerte, y de momento no quiero matarte. - Su armadura va retrocediendo poco a poco, dándole fin a esa absurda pelea para desahogarse. Ya saldrá mas tarde en busca de presas suculentas a las cuales si pueda desgarrar entre sus manos...

Richard se ha llevado una mano a la sien, aunque la mujer no le da importancia, se limita a observarlo y a que comprenda que ella no lucha por luchar, y que tampoco quiere luchar con el...